He sido bendecido

 En estos 50 años he sido muy bendecido por mi Señor Jesucristo y mi Madre Virgen, Santa María.

  (JPG) He sido bendecido con una familia cristiana-no perfecta- y un Maestro de Escuela extraordinario.

  He sido bendecido con unos Formadores, en mi Congregación Claretiana, que sabían lo que era ser Religioso y Sacerdote y me lo comunicaron con ilusión. No me engañaron.

  He sido bendecido con unos Superiores, en los primeros años de mi Sacerdocio, que me cuidaron exigentemente en mis primeros pasos apostólicos. Con ellos me inicié en el trabajo con la Juventud, con los Consagrados, con los Ejercicios Espirituales Ignacianos, en la fidelidad a la Iglesia Santa.

  He sido bendecido con Hermanos de Comunidad generosos que me ha permitido un amplio apostolado.

  He sido bendecido con Hermanos creyentes seglares. Junto a ellos he madurado mi fe. Su oración y su amistad me sotuvieron y me sostienen en los momentos difíciles de mi vocación sacerdotal y religiosa:

  • Renovación Carismática: donde experimenté la libertad espiritual y la alabanza.
  • Montañeras y montañeros de Santa María: donde junto a Religiosas entregadas y Jóvenes generosas aprendí la exigencia cristiana subiendo y bajando montañas: olvidarse de sí mismo, buscar siempre lo peor y no quejarse. Cada noche les recuerdo en mi Salve a las 11.
  • Capellán Universitario. Donde se rompió mi visión chiquitaja de la Iglesia para contemplarla en toda su grandeza y catolicidad. He vivido con más de 20 Movimientos y Espiritualidades eclesiales. Con su esplendor y sus limitaciones.
  • Radio María. Allí he trabajado con los hermanos seglares codo a codo para sacar esta obra de la Virgen en sus primeras etapas.
  • Cursillos Prematrimoniales. Me llamaron a cooperar con un equipo de hermanos seglares magnífico. En algunos casos diría que santos seglares. ¡Cuántos chicos y chicas se han acercado a Dios en ese momento importante de su vida! En 15 años hemos orientado más de 7.000 (siete mil) parejas de novios. Sus alegrías y sus zozobras me conmueven y me apenan.

  He sido bendecido con la Eucaristía diaria, salvo enfermedad, en la que he podido ofrecer y ofrecerme con Jesucristo, Sacerdote y Victima.

  He sido bendecido con el Sacramento de la Reconciliación. Personalmente recibiendo la misericordia y el cariño de Dios Padre. Bendecido con miles de horas al servicio del pueblo creyente. Allí he experimentado la gradeza del perdón de Dios, el abismo del pecado y la generosidad de muchos hijos de Dios que intentan ser santos. Perdonando pecados y alentando esperanzas.

  He sido bendecido con un ramillete de vocaciones sacerdotales y consagradas. Este es una de mis mayores alegrías en este cincuentenario. Engendrar lleva a la vida. La esterilidad a la muerte.
Ante tanta bendición quiero decir con María Virgen: PROCLAMA MI ALMA LA GRANDEZA DEL SEÑOR, SE ALEGRA MI ESPÍRITU EN DIOS MI SAVADOR.