En este mismo día, la Iglesia universal, por iniciativa del Papa, mira a la vida consagrada y a cada uno de sus miembros, como un don de Dios al servicio de la humanidad.
Los consagrados de nuestra (parroquia, colegio, comunidad, diócesis,…) renuevan hoy su consagración por amor a Cristo. Unidos a ellos y congregados en una sola familia por el Espíritu Santo, vayamos a la casa de Dios, al encuentro de Cristo. Lo encontraremos y lo conoceremos en la Palabra, luz que ilumina, voz que llama y convoca al seguimiento, alimento que fortalece en el camino, medicina para la enfermedad.
Te ofrecemos a continuación una celebración para que en comunidad oremos especialmente en este día por las vocaciones a la Vida Consagrada.