La navaja

21 de noviembre de 2007

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.

    Un día la navaja, saliendo del mango que le servía de funda, se puso al sol y vio el sol reflejado en ella. Entonces se enorgulleció, dio vueltas a su pensamiento y se dijo: "¿Volveré a la tienda de la que acabo de salir? De ninguna manera. Los dioses no pueden querer que tanta belleza degenere en usos tan bajos. Sería una locura dedicarme a afeitar las enjabonadas barbas de los labriegos. ¡Qué bajo servicio! ¿Estoy destinada para un servicio así? Sin duda alguna que no. Me ocultaré en un sitio retirado y allí pasaré mi vida tranquila".
  
    Después de vivir este estilo de vida durante algunos meses, salió fuera de su funda al aire libre, se dio cuenta de que había adquirido el aspecto de una sierra oxidada y que su superficie no podía reflejar ya el resplandor del sol.

    Arrepentida, lloró en vano su irreparable desgracia y se dijo: "¡Cuánto mejor hubiera sido gastarme en manos del barbero que tuvo que privarse de mi exquisita habilidad para cortar! ¿Dónde está ya mi rostro reluciente? El óxido lo ha consumido".

Leonardo da Vinci


 Pistas de Reflexión

  • He funcionado como la navaja cuando…
  • Me da miedo comprometerme en… ¿Mi vida es tranquila? ¿Qué me quita la tranquilidad?
  • Siento que Dios me pide que me desgaste en…
  • Qué es lo que me ha consumido el óxido hasta ahora.
  • Cuánto mejor hubiera sido gastarme en… Pero todavía puedo hacerlo en…..
  • ¿Qué significaría para mí "volver a la tienda de la que salí"?

Enrique Martínez, cmf