Lo tienes todos los días, sin darle importancia… hasta que lo necesitas… y se te escapa. Cuando vives libre, desprendido, tienes más que cuando deseas poseer.
LIBERTAD. POSEER.
Había una vez un hombre, de profesión marinero, a quien gustaban mucho las gaviotas. Todas las mañanas iba mar adentro para tomar su baño y nadaba entre cientos de estos pájaros. Un día su padre le dijo: – Me han informado que tú nadas entre gaviotas, y me gustaría que cogieras un par de ellas para tenerlas en una jaula.
Al día siguiente fue al mar como siempre, pero ¡oh, decepción! las aves no se ponían al alcance de su mano.
IV Domingo de Adviento
Lc 1,46-56. El Poderoso ha hecho obras grandes en mí