Las Gaviotas

6 de julio de 2005

   Lo tienes todos los días, sin darle importancia… hasta que lo necesitas… y se te escapa. Cuando vives libre, desprendido, tienes más que cuando deseas poseer.
LIBERTAD. POSEER.
 
    Había una vez un hombre, de profesión marinero, a quien gustaban mu­cho las gaviotas. Todas las mañanas iba mar adentro para tomar su baño y nadaba entre cientos de estos pájaros. Un día su padre le dijo: – Me han informado que tú nadas entre gaviotas, y me gustaría que co­gieras un par de ellas para tenerlas en una jaula. Gaviota
Al día siguiente fue al mar como siempre, pero ¡oh, decepción! las aves no se ponían al alcance de su mano.