Las metas

24 de octubre de 2005

Según la primera meta hay que determinar cuáles son las condiciones para garantizar el mayor bienestar posible para el mayor número de personas. El mercado global, según la ley de la competencia, toma lo mejor y deja el resto, pero ese resto es más numeroso que todo lo que está dentro del sistema.

La segunda meta que se propone es similar al pensamiento del movimiento de la “Ecología Profunda”: el fortalecimiento de la vida y de la cultura humana tiene que ir acompañado de una disminución sustancial de la población humana. El problema radica en cómo se logra esa disminución.

La tercera meta de perpetuidad de cultura y civilización occidentales, en la actualidad iría unido a cómo hacer para alcanzar una reducción drástica de la población, los consejos serían: Las estrategias modernas de reducción de la población deben ser baratas, y no deben necesitar equipos especiales ni apenas recursos humanos.

La selección de las víctimas debe quedar en manos de ellas mismas, que se seleccionarán con las características de los perdedores: pobreza, ignorancia, delincuencia, etc.

El Estado deberá tener pocas obligaciones que cumplir (servicios sociales, penitenciarías, desempleo…) por tanto tiene que reducir su papel en los asuntos ciudadanos y seguir el ejemplo del sector privado, también en el control demográfico.

Para la percepción pública se recomiendan dos estrategias: Preventiva: prevención de nacimientos, visible e incorporado a la política normal.

Curativa: se ocupará de los ya nacidos, pero aparentemente no dependerá de ningún organismo concreto.

Estas estrategias planeadas pueden ser exitosas contando con el compromiso y la energía de los solicitantes del informe y sus aliados.

El sistema liberal de mercado debe elegir en el s. XXI entre los fines y el Fin.

Poblaciones actuales y objetivos futuros

El objetivo primero es cuál es el nivel de población idóneo que simultanee de la forma menos conflictiva el funcionamiento del mercado global, la armonía ecológica y social y el bienestar para la mayoría.

Ya sabemos que según la ONU, la población aumenta en 81 millones de personas al año. La previsión para el 2020 es de 8.000 millones; de ellos 7.000 millones corresponderán a las regiones menos desarrolladas, en las que la degradación del medioambiente aumentará vertiginosamente.

Las estructuras de la edad tendrán una profunda influencia: en el mundo desarrollado la cuarta parte de la población será mayor de 60 años, con lo cual gran parte del poder político se concentrará en manos de personas relativamente ancianas, y las de edad productiva serán muy inferiores a la mitad de los habitantes, estas personas tendrán que luchar por poder cursar unos estudios superiores más prolongados para tener éxito en ese mundo globalizado y competitivo. En el mundo menos desarrollado la proporción de jóvenes será de un 46 %; en este mundo pobre ellos esperarán que sus gobiernos y el mundo atienda y solucione sus demandas.

En opinión de los informantes, el objetivo para el año 2020 debe ser reducir en una tercera parte el número actual de habitantes, de 6.000 millones a 4.000 millones, para que en ese año la estimación de habitantes según la ONU quede reducida a la mitad. Cualquiera que sea la fórmula a aplicar, el esfuerzo es fundamental, pues para llegar a ese número de habitantes deben disminuir los habitantes durante dos décadas en cien millones de personas al año.

Por ello hay que hacer un esfuerzo para que aumente la mortandad, al mismo tiempo debe disminuir la fertilidad, dependiendo del momento y del azar. Para ello harán falta todos los medios de los que dispongan los solicitantes del informe.