Les quiero como son

29 de septiembre de 2008

    Los valores fundamentales que yo quisiera transmitir a mis nietos serían, en primer lugar, los morales y religiosos. A mi juicio es difícil poseer los primeras sin los segundos. Una moral en plenitud, sin estar apoyada en unos principios religiosos, me parece una conjunción muy difícil de llevar a feliz término. De hecho lo estamos palpando en la sociedad que nos rodea. Faltan los cimientos de una sólida educación religiosa. De ahí las consecuencias.

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.     Por eso desearía que mis nietos permanezcan en la buena educación que gracias a Dios están recibiendo de sus padres sin reparar en en medios y que ellos hasta ahora aceptan de buen grado.

    Me gustaría que les quedara una fe grande en los principios del evangelio de Jesús, en los que se les prohíbe ser neutrales ante la injusticia y la mentira. Que sean ellos mismos, que sean firmes en sus convicciones y no se dejen influenciar por nadie. Para ello es indispensable el esfuerzo de cada día. Que se preparen concienzudamente, y elijan la profesión que les guste. Ya, en el puesto de trabajo, que cumplan fielmente con su deber y sin duda el triunfo será suyo. De hecho van por buen camino.

    No encuentro otra manera de lograr lo que deseo, como no sea hacerles ver que la vida no les van a regalar nada. Es lucha y sacrificio y si son trabajadores y honrados conseguirán lo que se propongan. Como les habla la voz de la experiencia, no desoirán mis consejos, estoy segura.

    Mi relación con ellos se puede decir que es de amigos íntimos. Dos generaciones muy distanciadas en el tiempo, pero trenzadas por la vida en un tapiz que parece misterioso. Nos queremos tanto que aunque surgieran roces no nos dañarían; el amor todo lo puede. Por favor, que no cambien, les quiero como son. Ojalá perseveren en sus buenas cualidades, serán ellos muy felices y harán más felices a cuantos les rodean.