Y uno le preguntó: ¿Cómo sabremos qué nos enseña el atardecer y cómo nos enseña la mañana y cómo nos trae conocimientos cualquier circunstancia? Y El les dijo: Mira que cada cosa fuera de ti es un espejo dónde te miras. Si la nube de la angustia llena el horizonte de tu corazón, verás una nube de angustia en cada corazón. Si la calma viene a sentarse en medio de tu pecho, verás que cada uno también lleva sentada la calma en su pecho. Si tu cabeza es la guardia donde se esconden pensamientos de la vida sólo verás pasar por ellas al Odio, y sentado en las terrazas verás el Rencor, y parada en cada esquina la Envidia. Y dirás: ¡Desearía volar más allá de estas calles porque están contaminadas y querría ir más allá de los muros de esta casa para sentir el campo limpio de la Pureza!De verdad te digo: Limpia tu mente y todo se limpiará. Limpia tu corazón y todo se limpiará. Limpia tu cuerpo y todo estará limpio. Ignorante es aquel que viendo lo de fuera sucio, no se da cuenta de su suciedad y dice: Me adentraré en mi corazón para limpiar mi templo; porque su altar está sucio y su luz atenuada. Ignorantes son aquellos que desean limpiar su templo en el templo de los demás, y todos los días y todas las noches de su existencia piensan que el mal está fuera de ellos y no en su corazón. Mira los jilgueros, y mira los ruiseñores y mira el chamariz, ¿quién les diría: tu canto no es armónico?Mira los almendros, los nogales y los chopos ¿quién les diría: tu crecimiento no es armónico? ¡Cómo entonces se diría esto del hombre!¿Cuánto aprendería un espíritu crítico si supiera que se está criticando en voz alta en sí mismo cuando critica a alguien?Cada cosa tiene su lugar y cada uno tiene su camino.Sólo aquel que no le conoce está siguiendo los caminos de otros hasta que encuentra el suyo.¡Bendito aquél día en que lo encuentra porque ha nacido de nuevo! Sólo a partir de ese día le dirán algo los atardeceres, le dirán algo las mañanas, y le hablarán las flores. Empezará a andar con la Naturaleza, y su lengua será como la de los pajarillos, y sus manos como los ríos y sus ojos serán la Vida que mira a la vida.ARROYO, C
San Francisco Javier, presbítero
Lc 10,21-24. Jesús, lleno de alegría en el Espíritu Santo