Los estereotipos tradicionales sobre el sexo se mantienen en los adolescentes entre 15 y 19 años. Los chicos se sienten sexuales\» de una forma explosiva, sin límites. Para ellos el sexo lo condiciona todo, mientras que las chicas continúan siendo las que \»deben controlar\». Son los propios jóvenes quienes se ven diferentes desde su naturaleza sexual, según el estudio \»Jóvenes y sexo\», realizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, la Fundación Cajamadrid y el Injuve. Para el director técnico de la FAD, Ignacio Megías, este estereotipo \»enormemente vigente y sofocador\» es defendido por el discurso de chicos y chicas, lejos de ser removido, \»es un caldo de cultivo para la pervivencia de las diferencias de género\’\’. Esta investigación cualitativa, realizada a partir de ocho grupos de discusión y 43 entrevistas personales, refleja además que las necesidades de unos y otros, no sólo son ambiguas, sino contrapuestas. Para los varones la finalidad última de una relación es el sexo, mientras que para las chicas el sexo es importante en la medida en que es la culminación de un proyecto personal de relación. Esto les sirve a ellas para quitar \»carga de impulsividad y legitimidad primaria al comportamiento sexual\’: afirma Megías.Pero no todo sigue igual en lo referido a los comportamientos sexuales. El rol de las chicas ha cambiado en algo: más que exigir más derechos como mujeres, reivindican ser \»como los hombres\», esto es, descargar responsabilidades, vivir la sexualidad con menor grado de compromiso y emocionalidad. Del discurso de las adolescentes también se refleja que se ha eliminado completamente el riesgo a la estigmatización por la pérdida de virginidad. Esto no significa que no se le dé importancia al momento de la iniciación sexual, sino que \»sigue siendo para todos un momento trascendental para los adolescentes, pero por razones diferentes\», afirma el director técnico de la FAD. Para los chicos la iniciación es el momento en el que desaparecerá el miedo horroroso a \»no dar la talla\’: Los miedos de las jóvenes se centra en quedarse fuera del circuito\» del sexo si ponen algún tipo de barreras. Eso sí, ni ellos ni ellas temen una frustración sexual después de esa primera vez, ya que se da por descontado que esta primera experiencia va a ser \»relativamente chapuza\». EL GRUPO DECIDETanto en este primer paso como en los posteriores, el estudio advierte de la importancia que el grupo tiene como elemento de presión. Es el grupo quien determina cuándo hay que hacerlo y, al menos, con quién no hay que hacerlo. Además hay una norma implícita de los grupos que dice que el que no se ha iniciado sexualmente en un determinado momento, que se estipula en los 18 años, \»es un anormal\», mantiene Megías. Para ellos el grupo da sentido al sexo: si el grupo no se entera de que se ha practicado, no ha habido sexo, mientras que para ellas el grupo establece las normas de comportamiento.\»El imaginario adolescente es un bloque que deja poco espacio para matices\», explica Megías, \»hasta el punto de que no aparece el discurso homosexual en las entrevistas, no porque no exista en la muestra sino porque el discurso grupal es tan potente que ahoga este discurso\».Grupo, ocio y sexo son además términos estrechamente relacionados. Para los adolescentes el sexo es algo ocasional, ajeno al compromiso y asociado al ocio. \»Se sale a pillar\’: es una de las expresiones más repetidas en las entrevistas de la investigación. Y es que los adolescentes entienden el ocio como un momento para \»desfasar\’: algo que ocurre no sólo con el sexo, sino también en las drogas. Consideran que no sólo es legítimo usar, sino abusar. Así se justifican los encuentros esporádicos o la banalización de los riesgos. El sida es para los adolescentes una amenaza \»ya superada\» y los embarazos no deseados, \»un accidente\», por lo que no merece la pena que se modifiquen los hábitos para prevenir. De ahí que los adolescentes reconozcan reticencias a la hora de usar preservativos. Los chicos no los llevan encima por temor de las reacciones del grupo si no los usan, mientras que las chicas creen que si los llevan, implicaría demasiada disponibilidad y predisposición.Ante este panorama, el director general de la FAD, Ignacio Calderón, aseguró durante la presentación del estudio que \»no se trata de estigmatizar al mundo joven, hay que intentar entender el porqué de sus deseos y comportamientos\» para, desde ahí, poder actuar.
En Vida Nueva 2477, 25 de Junio de 2005
PARA PROFUNDIZAR
¿Qué te sugieren todos estos datos? ¿Cuál es tu experiencia? ¿Qué crees que debiera ser de otra manera? ¿Cómo conseguirlo? ¿Cuál es el dato que menos te agrada y por qué?Envíanos tus comentarios, si así lo deseas