Al término de la CVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Colombiana, su Presidente, Mons. Óscar Urbina Ortega, junto a los demás obispos, han hecho público el mensaje de estos días de trabajo conjunto, resumidos en cuatro puntos: construir la unidad, combatir la corrupción, trabajar por la paz y sostener un compromiso de todos por la reconstrucción de la nación.
Aunque la Asamblea Plenaria se centró en los movimientos apostólicos y las nuevas comunidades, el episcopado de Colombia se mantiene atento a realidad de su país, “interpretando algunos hechos de la actual situación a la luz de la fe y queriendo dirigir un mensaje de esperanza”.
“No esperemos con los brazos cruzados el cambio del país”, han exhortado. Así, al tiempo que han saludado de nuevo al presidente de la República expresando su acompañamiento, los obispos piden trabajar “sin descanso por sanar las heridas, tender puentes, encontrar la reconciliación y cultivar la cultura del encuentro fraterno”.
Es por ello que se necesita de la unidad de todos los colombianos. “Soñemos de nuevo nuestra conviviencia y empeñémonos en el bien común”, han manifestado.
La corrupción, un mal gravísimo
Conscientes de las nefastas consecuencias que trae consigo al pueblo cualquier tipo de corrupción, y asidos de las palabras del Papa cuando se dirigió a los obispos colombianos en septiembre del año pasado (“No tengan miedo de alzar serenamente la voz para recordar a todos que una sociedad que se deja seducir por el espejismo del narcotráfico se arrastra a sí misma en esa metástasis moral”) la Conferencia Episcopal Colombiana ve como tarea urgente el “ser protagonista en la lucha contra este flagelo” y a “cultivar una cultura de la honestidad y la transparencia”.
La Iglesia también anima a realizar acciones en favor de la construcción de la paz, “un bien que merece todos nuestros esfuerzos”, y entienden que “ningún colombiano puede negarse a participar en la superación de los problemas y situaciones conflictivas del país”.
En concreto, los obispos hacen “una llamada a la sociedad colombiana a mantener la estabilidad de las regiones y de la democracia y a continuar avanzando por los caminos que garantizan la vida, la libertad y la justicia”, exigiendo, para ello, la protección de la vida de quienes se encuentran amenazados.
Por último, los prelados expresaron su dolor por lo que sucede en Venezuela y su preocupación por los hermanos venezolanos: “acojamos, protejamos, promovamos e integremos a quienes, desde la hermana nación, llegan a nuestro país en busca de nuevos horizontes”, dijeron.