Según la leyenda, en el año 473 dos patricios de Constantinopla llevaron los vestidos de la Virgen a Jerusalén. Por orden del emperador León I estas reliquias vienen depositadas en la iglesia de Blanquerna, en Constantinopla. Este acto se llama Rizpolozenie en eslavo, y Katathesis tes estëtos tou Theotokou en griego.
Las fuentes literarias nos cuentan que tras la retirada de los avaros que sitiaban Constantinopla en el año 620, el velo de la Virgen (maforion) fue solemnemente llevado de Santa Sofía a la iglesia de Blanquerna, donde se encontraban las otras reliquias. Era el 2 de julio, fiesta que desde entonces se celebra en la Iglesia rusa. Según otros historiadores, esta fiesta aparece a partir del siglo IX, en la época el patriarca Focio, que menciona en un sermón en 860 la liberación de la ciudad de Constantinopla por intercesión de la Madre de Dios.
En iconografía, la representación de la Deposición de los vestidos de la Madre de Dios es conocida sobre todo mediante un gran icono de la escuela de Novgorod (s. XVII), que se encuentra en el Museo de Arte de esta ciudad.
En el centro del icono se ve el vestido de la Virgen sobre un altar. A la izquierda se encuentra al patriarca Sergio rodeado del clero; a la derecha el emperador León I con dos patricios. Al fondo se alza la fachada de una iglesia con una doble puerta cubierta por un toldo blanco. Sobre esta puerta se ve un icono de la Deesis (Cristo en medio de la Virgen y san Juan Bautista).
Otra de las tradiciones celebra la deposición del ceñidor o cinturón de la Madre de Dios. Esta célebre reliquia se encontraba en la iglesia de la Kalcopratia de Constantinopla.