«Hizo lo que le había mandado el ángel del Señor».
En el camino de la Cuaresma, nos encontramos con san José. Como en Navidad, discretamente, pero con una presencia decisiva: ser el defensor del niño Jesús. Al
lado de María, intentando siempre cumplir la voluntad de Dios cada día. Menudo ejemplo. A nosotros nos cuesta hacer caso a los hermanos, a los familiares, a la pareja… Estamos cerrados a la palabra que nos dicen. Ojalá en esta Cuaresma nos abramos a la Palabra que nos da la vida eterna.
Oración.
Padre bueno,
que el ejemplo de san José
nos ayude a aceptar tu voluntad
y a hacerlo sin miedo,
sabiendo siempre
que ése es el modo
de llevar adelante
la misión salvadora
que tu Hijo nos encomendó.
Amén.