«Venid vosotros, benditos de mi Padre».
Cuando los estudiantes tienen un examen, les gustaría conocer de antemano las preguntas, para prepararse mejor. Los exámenes dan miedo, aunque te hayas
preparado bien. En el examen final de nuestra vida, nos examinarán del amor. No en abstracto, sino concretamente. No interesará saber qué modelo de coche
tenías, sino a cuánta gente has llevado en él. O cómo era de grande tu piso, sino a cuántas personas has acogido dentro. Porque cada vez que lo hicisteis con uno
de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis. He aquí la pregunta para el examen más importante de nuestra vida.
Oración.
Señor Jesús,
cada día te presentas
delante de nosotros,
para que podamos servirte.
Haz que nuestro ayuno, la oración
y las obras de la misericordia
sean los medios
para que esta Cuaresma
te veamos y sirvamos
en los más necesitados.
Amén.