La Madre de Dios representada en medio busto, inclina la cabeza a la izquierda, hacia el Hijo, apoyando su mano sobre el hombro del Niño.
Según las crónicas, el icono fue pintado por el metropolita Pedro de Moscú (1308 1325), cuando era igúmenos el monasterio de Ratski, en Volinia. Entregó el icono al metropolita Máximo de Kiev, quien a su vez lo llevó a la catedral de la Dormición de Vladimir.
Tras la muerte de Máximo, el igúmeno Geroncio de Vladimir, deseando llegar a ocupar la sede metropolita, tomó el icono y las insignias episcopales y se puso en camino hacia Constantinopla. El pueblo y el príncipe Jorge Galitsky, contarlos a la candidatura de Geroncio, pidieron a Pedro que se trasladara a Constantinopla para recibir del Patriarca Atanasio la investidura de metropolita.
Geroncio sufrió durante la travesía una violenta tempestad, en el curso de la cual tuvo la visión de la Virgen que le dijo: «No serás tú quien reciba el cargo de metropolita, sino quien ha pintado mi icono».
Cuando Geroncio se presentó con el icono en Constantinopla ante el patriarca, el igúmeno Pedro se hallaba presente. El patriarca le tomó el icono de las manos y se lo dio a Pedro diciendo: «Es la misma madre de Dios quien mediante una profecía te ha dado la dignidad de metropolita, porque tú has pintado su icono con tus propias manos».
Pedro devolvió el icono a Vladimir. Más tarde, cuando fue nombrado metropolita de Moscú, la hizo colocar en la catedral de la Dormición.
Fiesta: 24 de agosto, el mismo día que se recuerda la traslación de las reliquias del santo metropolita Pedro.
