A Virgilio, el Sr. Isidro, Loly … y demás parroquianos.\»Los seglares, cuya vocación específica los coloca en el corazón del mundo y a la guía de las más variadas tareas temporales, deben ejercer por lo mismo una forma singular de evangelización\» (Evangelii Nuntiandi, nº 7O)PRESENTACIÓN:He compartido durante trece años la vida de una Parroquia en Vallecas. En estos años algunos laicos me han enseñado bastantes cosas. Es una pena que en estas letras no pueda poner ejemplos concretos, que quizás a otros no les dijeran nada. Solo un recuerdo, para aquellos que ya se fueron y pertenecen a nuestro pequeño santoral parroquial por su dedicación a la Comunidad y al barrio.Expresar en unas líneas, lo que se considera esencial no es fácil, seguro que algunas cosas se escapan. Pero este decálogo sencillo puede servir para darnos cuenta de algunos de los rasgos que hacen del laico una persona inmiscuida en la Iglesia y en el mundo. Según el diccionario inmiscuido quiere decir: poner una sustancia en otra para que resulte una mezcla, entremeterse en un asunto o negocio. No podría ser de otra manera, estar en el mundo y en la Iglesia (estas dos cosas no van nunca separadas), es su vocación auténtica.Seguro que de estas palabras, se desprenderán algunas ideas clericales, uno es lo que es. Pero en ocasiones se puede ver mejor desde fuera. Por otra parte solo pretendo llegar a unos puntos esenciales que he ido comprendiendo en el contacto diario con algunos de vosotros.Dicho esto, repasemos todos juntos, lo que vivimos, hacemos, creemos y celebramos. Es posible que con todo no te sientas plenamente identificado, solo es un camino, un resumen de resumen, lo que te presento. Ha sido más rica la vida compartida contigo.Lo he llamado \»manual\» por que se puede pasar de mano en mano, no es un compendio, es un reflejo. Es tú vida contada como la veo, la espero y la deseo. Amigo laico, gracias por todo, que este pequeño decálogo te anime a seguir luchando.Bueno, empecemos. 1. TENER UNA FE ASUMIDA!Esté atento sugiero!. Por si te recuerda algo, es una frase de Papa, que a parte de otras traducciones puede tener la siguiente, si se me permite.Es una persona que sabe dar razón de su fe, que después de pensar (privilegio concedido parece ser, sólo a unos pocos hoy) ha llegado a la conclusión de que hay más razones para creer que para su contrario, qué el creer es algo razonable. No niega el misterio, simplemente comprende que en el mundo de hoy, hace falta saber dar razón de su fe. Por otra parte no trata de convencer a nadie, pero es importante responderse a las preguntas que la fe siempre en búsqueda, le hace constantemente.Sin ser probablemente especialista en sociología, psicología…. ni en teología, quizás algún cursillo o curso, alguna catequesis. Anda en búsqueda de respuestas. Y aunque muchas veces no verbaliza. No está acostumbrado a las grandes disputas o dialécticas (hoy ya casi nadie discute sobre la fe, incluso ni en los ámbitos privados). Su testimonio sobre la fe, cuando lo articula en situaciones especiales, parece bastante razonable.Es preciso comprender, no se me pierdan, que entre la inmensa mayoría de los parroquianos, no están los pobres, me refiero a Europa, salvo dignas excepciones. Por otra parte la mayoría de los parroquianos más implicados, sin duda tampoco entran en la categoría de los más pobres. Aparte de otros análisis que podrían hacerse, lo que se pretende aquí es partir de la realidad, no me alargo más, pero me imagino que los más perspicaces sabrán intuir lo que esto supone.Retomando el hilo, esta fe pensada debe ser asumida y asumir supone acoger. No es algo hereditario, la fe se opone a religión, entendida como se entiende popularmente hoy. No es lo mismo ser religioso que tener fe. Cuando la fe se asume como algo personal y comunitario, en relación a la persona de Jesús de Nazaret, no hay otra posibilidad que vivirla como la vivió El. Traducido al castellano, una fe vivida, no es otra cosa que vivir como vivió Jesús y esto se plasma en un estilo de vida. Maravillosa palabreja esta de \»estilo de vida \».Este parroquiano es algo raro, sin radicalismos, hay otros más raros que son minoritarios: con opciones sociales, vocacionales, económicas…Aquí queremos hablar, no de los ya vocacionados, sino de esos/as que son las fuerzas vivas de las Comunidades Cristianas, buenos trabajadores en todas las tareas, que apuntan a opciones más comprometidas,. pero que hoy por hoy sin grandes pretensiones sustentan la mayoría de las acciones de nuestras parroquias. No quiere decir esto, que sean una versión light, con mucha frecuencia, sacan adelante muchas labores evangelizadoras. Para que se entienda: ni integrantes de movimientos, comunidades de base y un largo ecetera, que muchas veces viven mirándose al ombligo o autoalimentandose en todos los sentidos, ni buenos asistentes a la misa de doce. Lo nuestro apunta a otra cosa.!Se sitúa!, con tanta precisión no sé si va a quedar alguien, me preguntas. Tú sabes que sí y hay te duele. Volviendo a lo del \»estilo de vida\», este parroquiano que después de su trabajo de ocho horas, va a dar un cursillo de novios, una catequesis, acompaña a los tóxicos, visita a la gente. Ha comprendido que está en camino, que vivir la fe en el puesto de trabajo, en casa, en la calle, no es nada fácil. Pero intenta crear algunos espacios verdes. Yo diría que sus opciones, sí, son radicales, aunque no tipificadas, más radicales en cuanto más abiertas y más difíciles, no es lo mismo apartarse un poco, que estar en la brega diaria parroquial, social, laboral, familiar…ustedes ya me entienden.Es este primer punto sin duda el más principal. Mire ahora a su Comunidad Parroquial, seguro que encuentra un buen número de personas así. Sí no lo encuentra, por favor proponga a todos, incluido el sacerdote, cerrar el chiringito. Una fe no plenamente acogida, no enteramente pensada, ni fielmente vivida, no es fe. Bueno, digamos, en fin, que se han equivocado ustedes de objetivo.2. CONOCER LA REALIDAD QUE HABITACon seguridad no entiende todo lo que supone Maastricht, el euro, o las dos velocidades. Algo le suena lo de la New Age, la post-modernidad y otras tendencias según dicen emergentes. Pero conoce la realidad que habita y aunque con frecuencia no sepa ponerla las etiquetas de narcisistas, hedonista, neo-liberal…está enterado de que va la cosa.Comprende que en el plano económico los pobres son cada día más pobres y los ricos más ricos. Lo que es el trabajo, los contrato basura, los de tiempo limitado, en ocasiones el paro. Lo que se están llevando los Bancos, lo que cuesta el piso, los créditos, hacienda, los plazos. Lo que es el individualismo, el consumismo, la corrupción, el terrorismo, el racismo. Mente clara y ojos abiertos.No es solo la experiencia de lo vivido, es también lo comentado, pensado, analizado, cuando se vive y conoce lo más cercano. Su barrio, su ciudad, su país, su generación. Una manera de pensar o una manera simplemente de vivir el cristianismo.3. ESTAR EN LA PLAZA PÚBLICAEs curioso que los más resistentes muchas veces a ciertos cambios parroquiales, suelen ser los de la mediana edad (2ª edad), por cierto también los más escasos dentro de nuestras Comunidades Parroquiales y para más datos los padres de muchos de los jóvenes. La flexibilidad mental, cultural y religiosa, es una perla a cultivar.Lee el periódico al menos los fines de semana, tiene una idea somera, a veces pormenorizada de las situaciones sociales que rodean su zona. Sin demasiados análisis científicos de la realidad, ha visto y conoce en cada esquina, en las calles, en que consiste eso del \»estado de bienestar\». Quien se ha hecho cargo de lo que pasa, no le queda más remedio que intervenir en la realidad. Solo lo que se asume puede redimirse, o si quiere usted:solo se redime lo que se asume.Se dio cuenta hace tiempo que los niños, no tienen un sitio donde jugar, ni un parque, ni un campo de deportes. Participa en la Asociación de Vecinos, en el AMPA, en su comunidad vecinal. En el trabajo está afiliado a un sindicato. Sabe (el sabe, aquí se usa en plural) que es en lo público donde la presencia del cristiano hoy está más verde y donde se cuecen muchas de las actitudes dominantes.De vez en cuando se pregunta ¿si es posible ser buen ciudadano y a la vez buen cristiano?. Cuando ve las injusticias en el trabajo y calla, cuando se habla de contratos, cuando se declara a Hacienda, o simplemente cuando se dialoga con la gente. No es fácil la respuesta.No digamos nada de los medios de comunicación social. Sino puede estar en ellos al menos puede usarlos. Y aquí un poco de sentido crítico le llevaría a no ver más que los documentales de TV-2 por la tarde ( y esos animales se parecen tanto a los hombres). Tiene que ver, conocer, oír, estos son los temas que se hablan en la calle.No es posible estar al día de todo, !hoy es tan efímero el presente!. No digo nada de ese interés general que se llama fútbol. Es escandaloso que las piernas de algunos jugadores sean más valiosas que las vidas de muchos hombres (la Iglesia debería tener algo que decir en este punto).Metido en todo este ambiente, del que no es mal exponente las tertulias de la COPE. Pasiva o activamente, estar hoy en la plaza es un modo de significarse. Este parroquiano lúcido, sufre una y mil tentaciones. Volver a lo privado es la más extendida, pero no es posible, la fe que no se expresa es una fe muerta. Con la humildad aprendida al no poseer ni poder, ni obras, cree sin complejos ser presencia y levadura, salpicar de criterios evangélicos la realidad que habita.Así de pasada es posible que nuestro amigo se sienta poca cosa. La plaza pública se ha hecho tan grande, que perderse no es lo peor que puede pasarte. En este aspecto no hay mucho margen para ser optimista, pero esta será nuestra cuarta característica.4. SER OPTIMISTAEl tan mentado parroquiano, donde los otros no dejan de ver un árbol, el ve una tarde hermosa. Es optimista, no iluso, conoce como hemos dicho la realidad y no puede permitirse muchos lujos.Se ha perdido hoy tanto la capacidad de optimismo, de utopía, sobre todo entre los hombres de iglesia,que desde Obispos a curas se han debido poner unas gafas negras, para ver la peor generación o la más secularizada desde los tiempos de matusalén. Les falta memoria histórica. El Concilio ¿ para qué?, la Lumen Gentium, no se volvió a leer.Esta es una de las perdidas más grandes en la sociedad y en la Iglesia. Sin utopía la realidad se vuelve sórdida.Entender que las cosas pueden cambiar (hasta las piedras del río cambian ), que la gente hoy puede ser más sincera, más autentica, más libre, más solidaria, es un buen camino para no dogmatizar nada.Muchas de las cosas que los entendidos llaman secularización, no son sino \»signos de los tiempos\» (palabra verdinegra,Platero) \»semillas del Verbo\». No lo saben decir en latín, pero se lo han oído decir tanto a los curas, que no acaban de entender bien esas caras tan taciturnas.Ya se conocen la historia de después del Concilio, cargada de optimismo y que algunos de sus amigos se desesperaron en la lucha, quedaron decepcionados, desfondados en la marcha. O que algunos siguen estando en los 60, e intentan traer aquí reflexiones posibles y buenas para otras tierras.Hoy más realistas, gracias a las experiencias pasadas, en algunos casos dolorosas, no se han vuelto pasotas. Siguen a pesar de todo, siendo optimistas, y aunque ya no cantan \» Habrá un día en que todos al levantar le vista\», dicen que en este maremágnum, hay signos de esperanza.Y lo expresan siendo voluntarios, apoyando el 0,7%, hermanándose con una parroquia africana, viviendo las pequeñas solidaridades cotidianas. Más serenos, son capaces del día a día. 5. TENER CLARO LO DE LA OPCIÓN POR LOS POBRESSer pobre no es un ideal, la lucha consiste en sacar a los pobres de la pobreza. Optar por los pobres está al alcance de todos, es una relación que nos humaniza.Por eso, este laico tiene claro, que esté donde esté, participe donde participe, ya sea en la catequesis o en la liturgia, lo que verifica la presencia del Reino es la Buena Noticia anunciada a los pobres. Traer aquí lo del estilo de vida.Intuye desde hace tiempo que hoy se cree más a los testigos que a los maestros. Por eso apoya y participa en todos aquellos grupos parroquiales que son principalmente de testimonio y cercanía a los necesitados (Cáritas, Pastoral de la Salud, Inmigrantes, parados…).No busca solo caridad, sino justicia y desde hay se leen las diversas historias oficiales sobre la sociedad, la economía, la Iglesia, de distinta manera. También descubre aunque no como estrategia, que a través de la inquietud y la cercanía a los pobres, es como muchos alejados han vuelto a redescubrir su fe en la Iglesia.Es este un tema del que se ha hablado mucho últimamente y la solidaridad a través de las múltiples ONG, parece estar de moda. Se tiene que volver a imponer el anonimato y la sencillez. Con los pobres no se juega.Este parroquiano que parte desde los pobres ( la palabra opción puede parecerle fuerte), asume con normalidad que en el Evangelio sean los preferidos, no necesita muchas discusiones ideológicas para tener claro lo que lee. No van con él los grandes discursos sobre el tema, sino el trabajo continuado, sencillo, que comienza con una manifestación contra el paro y puede terminar prestando unas mantas. Es lo conocido como las letras minúsculas. En el se juntan lo próximo ( contacto directo con las personas, la asistencia ) y la larga distancia ( atacar las raíces de la injusticia, la pequeña protesta ).6. LA FORMACIÓN COMO COSA SABIDALo tiene claro, la formación es importantisima y no sólo para la participación, también para la propia vida cristiana. Acude a su Catecumenado de Adultos, de jóvenes, de mayores (Vida Ascendente). A los cursillos de Catequesis, liturgia, escuela de monitores, a las charlas formativas, a la formación de los voluntarios de Cáritas. Saca tiempo de donde puede y siempre se suele quejar de que la formación es una asignatura pendiente en la parroquia.No le faltan razones, sobre todo cuando se suele proponer la formación sólo para las acciones concretas. Comprende que la formación y la acción hoy deben ir conjuntas y que casi siempre ganan las urgencias. Se necesitan catequistas, voluntarios…¿cómo quedarse fuera?. Las parroquias hoy por hoy siguen mirando más para adentro, que a la vida y a los criterios cristianos que las personas puedan aportar en la plaza pública.Mal que bien, y a lo largo de los años se ha hecho con un bagaje formativo, que podríamos llamar de Educación General Básica. De estudiar teología ni hablar, Eclesiología, Escatología, Escritura, Revelación…son palabras mayores. No deja de apasionarles el descubrimiento sobre todo de la Escritura,pero muchos de los tratados les vienen grandes. Las revistas religiosas casi ni las lee. En esto los más jóvenes desde la Pastoral Juvenil han ganado en conocimientos, aunque parece dudosa la personalización de los mismos.Formación sí, pero la realidad se impone (no poco de esto les pasa a los clérigos). Con todo, este parroquiano es capaz de dar una charla a los novios sobre Jesús, o el Evangelio, o la moral y otros conceptos. En la que suele primar más su experiencia que los conocimientos y que en muchas ocasiones llega más a la gente que lo que decimos los sacerdotes.No es tan nulo y con frecuencia suele ser crítico, aunque no domine del todo el lenguaje eclesial, tiene presente las ideas fundamentales. Creo: es preciso preguntarles. Que la formación (escasa si queremos) les sirve para su vida personal, para comprender mejor el mensaje.Este es un tema siempre en debate, queremos gente formada, pero no arriesgamos como Iglesia nada, ni en el plano económico (la formación cuesta), ni en el plano temporal (la formación lleva su tiempo), ni en otros aspectos de corresponsabilidad de los que hablaremos más adelante. No está formado del todo, pero la inquietud está latente.Algunos parroquianos y no pocos sacerdotes, creen que hasta que no estén bien formados, no pueden asumir responsabilidades. Por poner un caso, puede valer el que muchos delegados de la Palabra de América Latina por ejemplo, tiene bastante menos formación cultural y religiosa que muchos de nuestros parroquianos y dirigen comunidades.Si es cuerdo, nuestro amigo ve que la razón de la responsabilidad y la participación no es fundamentalmente formativa, es cuestión de compromiso. Y por eso participa en el Consejo Pastoral, la Asamblea Parroquial, la Junta Económica y otros órganos de corresponsabilidad, sabiendo que es preciso escuchar, aportar y opinar.Ve además que los curas suelen pasar ( dos o quince años) y ellos son los que permanecen. Que un Proyecto parroquial no se hace en dos días y aunque solo sea por falta de clero ( esto es una pena) tendrá que asumir llevar un grupo o una actividad pastoral.Puede estar dispuesto a llevar toda la Catequesis, o la Pastoral Juvenil, la liturgia, la economía. Y aunque se sospecha que sobre todo al principio se notará la ausencia del cura y puede que algunas cosas no marchen (somos así por diversas causas). Piensa que es responsabilidad suya y con temores y dudas comienza esta tarea cargada de exigencia y que en muchas ocasiones da más sentido a su vida cristiana.8. LA TRAMPA AFECTIVAComprueba que la Iglesia no es una democracia, pero sí en la parroquia no hay estructuras de participación, o no es tarea de todos, no hay posibilidades de futuro y evangelización. Crear ambientes de corresponsabilidad es fundamental, la parroquia es de todos y todos tienen derecho a participar, cuantos más mejor, no sólo unos pocos, nada se tiene en propiedad.Se le puede ver dirigiéndose a los padres, a los novios, a los matrimonios, a los jóvenes y trasmitiendo una nueva idea de Comunidad, la Comunidad de los que se sienten bautizados y por lo tanto llamados a ser Iglesia, a arrimar el hombro.Aunque sea limpiando (tarea de las más importantes) se le va notando que vive la parroquia como algo suyo. Que está dispuesto en lo que pueda, a hacer ver, como en un reflejo, que la Iglesia somos todos. Sin discusiones jerárquicas mira al sacerdocio como un ministerio importante, pero los ministerios los tenemos todos. Cada uno el suyo, sin querer ocupar el de otros.Conoce su proceso, aquel dicho de que muchas veces \»lo afectivo es lo efectivo\» y que quizás entró en la parroquia por que conoció a un cura, o a una persona que le caía bien. Poco a poco, ha ido madurando y hoy reconoce que está en esta tarea no para que se lo agradezcan, ni Dios, ni los hermanos. Empieza a entender una palabrota fundamental en la vida cristiana, la gratuidad.Sin duda se siente a gusto dentro del grupo, de la Comunidad, pero no necesita medallas. Y aunque a nadie \» le amarga un dulce\», que le reconozcan lo que hace, que le den las gracias. A entendido aquella frase Evangélica \»no hago más que lo que tenía que hacer\».Observa sus propias trampas psicológicas y se siente más a gusto cuando un cura dice la misa que cuando la dice otro. Charla en la salida con los más cercanos, o con los que son más de sus ideas, de su edad, de su grupo. Pero también conoce el esfuerzo de abrirse a todos. Tiene amigos, sin amistad no se puede construir la Comunidad, pero descubre que si su grupo, su círculo, se cierra, de alguna manera se está acabando con eso que se llama universalidad.Laico que ha entendido algo, y si le cambian de curas o de hermanos, el sigue trabajando, aunque los nuevos tengan otro estilo, den menos participación o su contrario. Hace tiempo adivinó que si alguna vez él dirigió el cotarro en algún aspecto pastoral y organizativo y hoy lo llevan otros, es por asunto de la participación, no de intereses creados.No es tan idílico, también se cabrea y se enfada cuando hay algún momento en que se siente ignorado y no se cuenta con él. Todos somos humanos.Es este aunque no lo parezca, o algunos no lo crean, uno de los caminos más largos. Madurando este aspecto tan básico, casi todo lo demás viene de la mano (podría poner aquí muchos ejemplos prácticos, pero seguro que conocemos todos demasiados, a poco que nos miremos a nosotros mismos). Todo este proceso sólo se va consiguiendo con un fuerte Espíritu.9. VIVIR UNA ESPIRITUALIDAD BIEN ENTENDIDAEsta palabra está muy desgastada, \»espiritualidad\» viene de Espíritu, no de una serie de prácticas. En este sentido \»vivir del Espíritu\» no distingue al laico del clérigo. La espiritualidad para todos, consiste fundamentalmente en \»creer en Dios\», tener a Dios como centro, como Señor. Muy evidente, pero no siempre tan claro. Vamos observando en este recorrido que hay muestras de que no acabamos de confiar en lo que creemos, que lo de Dios suele funcionar como algo pegado, de un rato, de un espacio.Este laico pone en el centro de la Comunidad a Jesús de Nazaret, no hay otros centros. La Palabra, la Eucaristía, la Oración, los Hermanos (y de estos los más pequeños), todos ellos son sacramento.Celebra lo que vive, vive lo que celebra. La Eucaristía dominical le sirve para recargar las pilas: a ella lleva la vida de la semana, puede participar en la homilía, en la oración parroquial de unos dias antes, leyó el Evangelio y tuvo tiempo de pensar.La Palabra, el Evangelio que usa en las reuniones, o escucha en las celebraciones, no es solo una guía, sino algo que hay que ir haciendo día a día. Participa de las Penitencias comunitarias, las Vigilias. Acaso alguna vez por la noche reza en solitario o en familia. Pero siempre, reiteradamente siempre, con nombres y apellidos, no con ideas, el ve mejor que nadie que son las mejores mediaciones (espiritualidad encarnada, dicen los entendidos). Ir más allá simplemente de las prácticas, las prácticas sin vida son aburridas, carecen de mística.A parte de programaciones, cada vez más adecuadas, este laico confía, tiene esperanza, cree en el Espíritu y sabe que aunque no llegue a todo, ni rece en ocasiones lo suficiente, él sabrá poner lo que falta. Fiarse sólo de sus fuerzas, es una muestra evidente de no creer en la Palabra.Esta espiritualidad sencilla que tiene como centro la Eucaristía, a ser posible con toda la Comunidad, a la misma hora (nos sobran misas), es el sustento de su vida cristiana, en ella resuena toda la experiencia de la semana. El lo vive y por eso no quiere que la Eucaristía se convierta en una misa cualquiera.Pocas fuentes, el ritmo de su vida laica no da para muchos lujos de retiros y Ejercicios Espirituales. Ya se sabe; si se cree, todo nos habla de Dios, se mira con los ojos de Dios, se siente uno en las manos de Dios. Ser humilde y sencillo, no complicado, tener espíritu de participación e iniciativa, suele ser en estos laicos la mejor prueba de una espiritualidad bien entendida.10. LA COMUNIDAD EN DEFINITIVAEste parroquiano al hablar de Comunidad no se refiere a un grupo selecto de otros tiempos, en su mayoría cercanos al Párroco, que se sentían constructores de la Iglesia, soportes de todo lo que se hacía o no se hacía. Tampoco a una pequeña Comunidad de base o como quiera llamarse, o con una fuerte identidad cargada de apellidos: neocatecúmenales, carismáticos…Para él hablar de Comunidad, es hablar de algo abierto, no sólo de una Comunidad de Comunidades, sino de una Comunidad para la Misión. Por eso en ella caben todos: la abuelita de Vida Ascendente, el joven, todos los grupos parroquiales y aquellos que no son de grupos. Pero tienen claro su misión en el barrio, en el trabajo, en el colegio, en el sindicato, si misión no es otra que la misión de Jesús. No quieren ser muchos, apenas el cinco por ciento de la población total, un pequeño rebaño (hay que aprender a vivir en minoridad). Incluso no les faltan los pecados, observa que la mayoría de su entorno no parece tomarse en serio a Jesús, aunque esto no les impida en ocasiones ser mejores que ellos mismos y ese es el reto de estos laicos, hacer que el Reino sea creíble.La Comunidad parroquial la entiende como algo amplio y extensible, pero a la vez abarcable, no son más de los que son, un grupo reducido. Comprende que esta inconcrección numérica molesta a algunos que quisieran tener todo delimitado y aclarar con quien contamos (no recuerdan a Jesús: los doce, algunas mujeres, los setenta y dos).Esto da muchas posibilidades de movilidad, de acercamiento, de significación, sin elitismo, la Comunidad es su segunda casa y una casa que por definición es católica,(universal significa).Por otra parte cree que la Comunidad Parroquial no puede ser tan enorme que todos por pertenecer el territorio parroquial o haberse bautizado o participar de algunas celebraciones puedan ya sentirse elementos de la Comunidad. Se conocen, saben quienes son, programan, evalúan, se reúnen. Pero no se sienten los únicos, hay algunos que sólo participan en momentos puntuales e importantes, por sus posibilidades y proceso personal y también los consideran Comunidad.En definitiva, lo que determina ser Comunidad Parroquial no es solo estar dentro del Proyecto Pastoral, ni siquiera la organización de los innumerables grupos parroquiales o su funcionamiento, o las normas o exigencias de los sacerdotes, o del Consejo Pastoral, o las directrices de la Asamblea Parroquial. Estos son medios importantes, pero lo determinante es llevar a cabo la MISION DE JESUS.Vivir en Comunidad es para él lo que da sentido a su manera de entender el mundo, la Iglesia, la sociedad. Sin Comunidad no entendería nada, pero ha descubierto al final, que la Comunidad no es para sentirse bien ellos solos , sólo tiene sentido si es para los demás.PALABRAS FINALESYa has caído en la cuenta ahora que esto no es un manual, que hemos repetido hasta la saciedad las palabras: parroquiano y laico. Que lo de inmiscuido parece estar claro, pero se podría haber usado una palabra más sencilla como instruido (pobre P. Claret), metido, comprometido. Son ganas de fastidiar.Algunos más organizados (realistas dicen ellos) pedirán el horario de este parroquiano. No les sirvió de nada leer esto. No hablamos aquí de espacios, tiempos y dinero. Para eso están los Proyectos Pastorales Parroquiales. Dibujamos algo anterior o posterior, seguro que es a la vez, de lo que son las claves para vivir hoy la aventura apasionante de ser un parroquiano simplemente.Todos observamos que la parroquia suele ser una realidad pobre y rica a la vez. Es sin duda la \»estructura eclesial\» más cercana a la gente. Quizás su futuro pase por dos cosas importantes:1)- Crear Comunidades Parroquiales fuertes, que vivan más para afuera que para dentro. Donde se asuman responsabilidades por parte sobre todo de los laicos (en este sentido la crisis de vocaciones sacerdotales puede ser un signo de los tiempos).2)- Y crear el ambiente, la posibilidad, las actitudes, para que cada año que pase, el número de parroquianos inmiscuidos aumente.Una no se logra sin la otra. Pero llamados a vivir en minoría como estamos, parece claro que hay que tomarse más en serio lo de ser cristianos, todo lo que decimos sobre los laicos.Espero que estas pinceladas sepas concretarlas en nombres. Sé que no he entrado en temas concretos (Consejo Pastoral, comunidad de referencia, acción social…),serían interminables. Es esta una primera aproximación. Tú que eres inteligente, sabrás sin duda aplicarlo a las diferentes situaciones.Ya ves: tener una fe pensada, asumida, vivida. Conocer la realidad que habitas. Estar en la plaza pública. Ser optimista. Tener claro lo de la opción por los pobres. La formación como cosa sabida. Aceptar responsabilidades.La trampa afectiva. Vivir una espiritualidad bien entendida. La comunidad en definitiva. Son solo aspectos de lo que importa: que el Reino de Jesús amanezca.! Mucha tela, amigo cura !!A ti te hacía yo, estas preguntas!
Santa Cecilia, virgen y mártir
Lc 19,45-48. Habéis hecho de la casa de Dios una “cueva de bandidos”.