Este tema, sobre el cual intento decir algo, es bastante difícil de expresar, pero con la ayuda de María de Nazaret lo entiendo partiendo del fondo de mí misma, donde Dios realiza sus maravillas.
En mis años de juventud entendía yo la poesía como una identidad, pero el paso del tiempo que todo lo ilumina y la vida profundizada con interés, mirada de frente, escuchada con atención, gustada, palpada con todo lo que tiene de dolor, de gozo, de belleza, me han facilitado entrar en ella con corazón joven y simplificado. Así, voy aprendiendo a valorar, relativizar y poetizar todas las cosas.
La poesía es vida
¿Qué es poesía? La poesía es más para vivirla que para definirla. El encanto de lo sencillo de la vida captado por los sentidos, interiorizado, digerido en el corazón y expresado con libertad, es para mí poesía.
Poesía es la consecuencia del estremecimiento que produce en el corazón la obra creadora de Dios. La persona que mira todo con los ojos del alma recrea la belleza, la expresa y la comparte. Así obró María.
Cada ser humano, como hijo de Dios y soñado por Él, es poesía. La intervención amorosa del Señor en la historia, la vida vivida con todo el dolor que la purifica, la gracia de Dios que la transforma y su amor que la sostiene, es poesía de tí.
La persona que todo lo simplifica porque camina en la presencia del "Dios que vive y ve", y es consciente de ser mirada por El, es poesía.
Poesía soy yo, porque el Señor pasa por mi vida vaciándome de todo lo que me impide crecer en su presencia. La libertad y anchura que vivo dentro de mí es poesía de la experiencia.
Vivir por encima de las propias limitaciones y las de los demás amando con toda la capacidad que aumenta en nosotros cuando vivimos atentos a la realidad, es poesía.
Poesía orante es el estudio de Dios en el acontecer cotidiano, en la historia, en los hermanos, en mi corazón, en las Sagradas Escrituras donde se le siente tan cercano porque "se abaja para mirar al cielo y a la tierra".
La armonía que existe entre mi vida, el universo, los hermanos y Dios, es poesía: independientemente de que nosotros seamos muy defectuosos. La tierra buena y el clima adecuado, donde esta realidad crece y madura, lo prepara el dolor junto con el gozo y el amor, elementos que, unificados, son la poesía ce nuestro vivir. Los unifica la escucha serena de la Palabra de Dios que nos indica el camino seguro.
María, poesía de Dios
María fue experta en unificar estos elementos fundamentales y pasó por la vida derramando poesía divina con gozo: "Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador": con dolor: "Hijo, tu padre y yo te buscábamos angustiados": con amor a todos: "Haced lo que Él os diga". Y su silencio en el calvario fue generador de vida nueva: ¡poesía del silencio!
La Madre de Jesús es poesía del Dios vivo por-que celebró la obra del Señor en ella, y cantó de tal forma que sus ecos llenan la historia: "Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación". María aceptó ser la síntesis de toda pobreza, el dolor y la esclavitud del pueblo escogido por Dios "no por ser el más grande sino por puro amor".
En la Palabra de Dios
Escrutando las Escrituras me encuentro con María, la gran peregrina de la Biblia, pues la atraviesa desde el Génesis hasta el Apocalipsis., acoge toda la historia y queda ella convertida en "pueblo humilde y pobre, donde en nombre de Yahveh se cobijará el resto de Israel. ¡Exulta, hija de Sión¡ ¡Da voces jubilosas, Israel! ¡Regocíjate con todo el corazón, hija de Jerusalén! Que está en medio de ti Yahveh como poderosos salvador" (Sof 1.14). "Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo" (Lc 1,28). Poesía mesiánica.
María abrió sus entrañas ante Dios por amor a su pueblo, con el dolor y el gozo que supondría sentir crecer su vientre sin motivos razonables, sabiendo además que, según la ley judía, podría ser lapidada. Dolor por la duda de José, pero al mismo tiempo confortada por el anuncio del ángel que la informó del deseo ele Dios y su poder… Es la poesía del Misterio.
Nosotros somos poesía de Dios porque María la ha puesto a nuestro alcance hecha vida, por eso "me brota del corazón un poema bello". Es la gratitud, en nombre del universo, a la que su maternidad ha colocado en el centro de la Iglesia, "Flor que brilla sobre el templo del Altísimo" (Eclo. 50, 8).
Disfruto la poesía de Dios desde que vivo pendiente de María: ella nos la transmite porque es Mujer, Virgen y Madre abierta. Puedo entrar en ella libremente y siempre la encuentro en disposición de acogida… Poesía del amor misericordioso.
Gracias a que María rompió sus esquemas mentales con la libertad de los hijos de Dios, es la Mujer nueva en la que podemos sentirnos realizadas todas las mujeres y a ejemplo suyo poner nuestras entrañas a disposición de Dios para gestar y alumbrar una humanidad nueva, un mundo nuevo donde se viva la fraternidad, la esperanza, la alegría, el amor v la poesía.