Miércoles de la tercera semana de Cuaresma

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.

«No he venido a abolir, sino a dar plenitud».

Estamos acostumbrados a elegir entre muchas variantes. En los restaurantes, en las tiendas, en internet hay muchas posibilidades de elegir. Todo a nuestro gusto. Nos adaptamos, e incluso con nuestra fe podemos hacer lo mismo. Es el relativismo, del que nos avisó tantas veces el difunto Papa Benedicto XVI. La fe que hemos recibido no es nuestra, no tenemos derecho a cambiarla a nuestro antojo. Y tampoco debemos hacer rebajas para los demás, con el fin de que sigan viniendo al templo. Lo mejor que podemos hacer es cumplir la Ley, toda la Ley, y predicar con nuestro ejemplo de vida. Así los demás podrán ver que, para nosotros, todo es importante. Que esta Cuaresma aprendamos a apreciar la Ley de Dios y su amor para con nosotros.

Oración.

Que te sirvamos siempre fielmente,
Señor, cumpliendo no solo
la letra de tu ley,
sino sobre todo el espíritu.
Haz que amemos más
y más tus preceptos,
que nos hablan de amor
y de respeto,
y sepamos así cumplir tu voluntad.
Amén.