Esta es una letra china que se lee “ái” y significa amor. La parte que seria el corazón en el centro ha quedado transformada en la virgen y el niño…ingenioso, ¿no?
Bueno, pues ya se acerca la navidad, ya estamos de polvorones; no, no te sorprendas, son los polvorones del polvo de montar el Belén. “¿Por cierto, tú te acuerdas donde metimos el Belén el año pasado? Oye, ¿dónde están las luces de colores? … alguna quedaría sin romperse, ¿no?… al burro le falta una pierna…” en todo el mundo los diálogos prenavideños son semejantes.
Aquí mucho frío no hace, la verdad. Hay que subirse a alguna cima por encima de los tres mil metros para que uno vea, con suerte, algo de nieve o al menos algún charco helado.
Todas las parroquias andan ya desde hace un mes al menos preparando la navidad. La razón es que las culturas orientales son bastante religiosas y sincretistas. Respetan por lo general la religión del otro y reconocen a su Dios como tal; es más cuando hay alguna necesidad no dudan en pasar a pedir algún favor. Como anécdota os contaré que en el verano durante la epidemia del SRAG gente no católica se pasaba a rezar por nuestra parroquia a pedir a Jesús y María que les protegiera de la enfermedad, dejando su ofrenda en el cestillo. Igualmente, cuando llega alguna fiesta importante no dudan en sumarse a la celebración, y para los Taiwaneses ese día es Navidad. Es más hasta hace pocos años el 25 de Diciembre era fiesta laboral, lo que también ha ayudado a dar relevancia a este día.
Las iglesias preparan cantos, esmeran la liturgia, colocan todo tipo de flores y plantas… y salen días antes a cantar villancicos por las calles, hospitales, escuelas, estaciones de tren… invitando a todos a sumarse a esta fiesta.
En los pueblos más pequeñitos, especialmente entre los aborígenes que son mayoritariamente cristianos, se sale por la noche tras la misa a cantar villancicos por las calles, y la gente invita a tomar algún tentempié por las casas. Es más, entre los poblados aborígenes se esta extendiendo la costumbre de celebrar juntos la navidad Católicos y Cristianos reformados; un año lo prepara una confesión y el otro la otra.
La razón es doble. Por un lado entre estos pueblos aborígenes hubo unidad hasta que llegó en cristianismo en el siglo XIX-XX y por razón de las diferentes confesiones en muchas zonas se establecieron divisiones dentro de una misma tribu o dentro de un mismo poblado por causa de la fe. La Navidad es la mejor oportunidad para manifestar que somos todos hermanos. Por otro lado, a muchos no cristianos les resulta extraño, e incluso antitestimonial, que Católicos y Reformados siendo todos cristianos celebremos esta fiesta tan preñada de unidad, armonía y reconciliación por separado… quien sabe igual en el futuro se convierte en un gesto ecuménico: La Navidad semilla de unidad entre los cristianos.
En Taiwán también es Navidad, aunque sobretodo comercial y de Papa Noel. Sin embargo en ese día en las televisiones, radio, periódicos… hay un sentir y esperanza común; que la paz y esperanza que Dios hecho niño trajo al mundo hace 2000 años podría ser todavía realizable si todos pusiéramos un poquito de BV, esto es Buena Voluntad. La locura de amor de un Dios “humanado” en debilidad e impotencia es invitación perenne a imitarle y tratar de ser, simplemente, humanos.
“Shéng Dan Kwái Lé” esto es, Feliz Navidad. Francisco Carín García