«No se puede»

Alguien le dijo que eso no se podía hacer.
Él se rió entre dientes y contestó:
– Puede que «eso no se pueda hacer»,
pero no seré yo quien lo diga sin intentarlo.
Esbozó una media sonrisa.
Si alguna inquietud tenía, bien la ocultaba.
Empezó a cantar al tiempo que acometíaCiudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.
la hazaña, ésa, la imposible… y la realizó.
Alguien le dijo con sorna: «¡Oh, nunca lo lograrás!;
al menos nadie lo ha conseguido hasta ahora».
Pero él se quitó su chaqueta y el sombrero,
y puso manos a la obra como el primero.
Levantó un mentón y apretó los labios
sin atisbo de duda o indecisión.
Empezó a cantar al tiempo que acometía
la hazaña, ésa, la imposible… y la realizó.
Miles te dirán: «No se puede».
Miles profetizarán tu fracaso.
Miles te indicarán uno a uno
los peligros que te acechan.
Así que disponte a acometerla con una sonrisa.
Quítate la chaqueta y ¡a lo tuyo!
Empieza a cantar al tiempo que acometes
la empresa, ésa, la imposible… y lo lograrás.

        (EA Guest, citado por H Lewis, en Destellos de vida. Mensajero)