No somos eternos

    Nos gustaría vivir en un abrazo de amor eterno. Que fuera un instante interminable. Para siempre. Pero somos temporales. Experimentamos el ritmo acelerado del tiempo. Saboreamos la precariedad de la vida. Somos finitos. Nos da miedo no tener bastante tiempo para vivir.
Por eso para los seres humanos tiene tanto atractivo el poder, el tener, el dominar. Los tres confieren seguridad. Los tres intentan paliar el miedo a morir, en último término; pero también el miedo a no ser tenido en cuenta, a no existir, ni ser importante para nadie. De alguna manera prometen saciar la sed de vivir en plenitud.

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.    Acabo de vivir un fin de semana con un grupo de matrimonios. Hemos trabajado en plan seminario. Hemos dialogado y compartido sobre la vida afectiva en la existencia conyugal y en la existencia célibe. Hemos escuchado, escrito, dialogado, compartido.
Comenzamos aclarándonos sobre el hecho de ser sexuados, sobre la vida afectiva, la ternura, la actividad sexual. La sexualidad personal tiene varios niveles; es un lenguaje complejo. Constituye, en gran medida, una construcción social y cultural. Por eso en el imaginario colectivo está llena de confusiones y ambigüedades, proyecciones y represiones.

    Para tomar conciencia de cómo cada uno vive la afectividad, cómo la da y cómo la recibe, es menester profundizar en los miedos profundos que habitan dentro de cada uno. Los miedos profundos conducen la vida afectiva. Son muchos y variados. Hay quien tiene mucho miedo a parecer ridículo al mostrarse afectivo; hay quien tiene mucho miedo a verse rechazo en sus muestras de afecto. Otros sufren bajo el temor a ser utilizados en la relación afectiva, a ser heridos y decepcionados. Temen ser utilizados como un objeto para el bienestar del cónyuge o del amigo. El temor a ser malinterpretado, en las expresiones de cariño, cohibe a otras personas y las encierra en sí mismas; las hace parcas y ásperas, tal vez distantes. El temor a no ser suficientemente atractivo/a puede ser angustioso para algunas personas.
Todo ser humano necesita vitalmente amar y ser amado. ¿Cómo vivo la responsabilidad de mi vida afectiva?