Ambientación
Es ésta una celebración vinculada a la Jornada mundial de oración por las vocaciones consagradas. Pedimos por las personas ya consagradas y oramos para que otras se animen a hacerlo, al sentir la llamada de Jesús a esta forma de vida. Oramos con el lema Misericordiosos como Tú. ¿Por qué este y no otro? Nos ayudará caer en la cuenta de que reflexionar sobre nuestra vida a partir del tema de la Misericordia nos hace mucho bien, porque tocamos con ello el ser mismo de Dios, Padre y Madre, el ser mismo de Jesús, su Enviado, y la razón de ser de la vida consagrada. ¿Qué sentido tendrían los votos de pobreza, virginidad y obediencia, la vida comunitaria, la misión… si no hacen de nosotros personas más humanas y entrañables? Una vida consagrada verdaderamente samaritana y compasiva es la única que hoy resulta significativa, plenifica y atrae. Pero no siempre la vivimos así; a veces nos ensimismamos y huimos de la realidad. Oremos hoy para aprender cada día a ser personas misericordiosas, como Él. Hay mucha vida en juego.
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