Orar en toda circunstancia

Muchas personas se sienten mal y hasta se agobian porque queriendo orar, quieren orar a su modo. Quieren conducir el proceso de su oración personal, lo que es impensable, si se sabe qué es orar. Por otra parte, quieren sentirse de un modo determinado creyendo que la oración requiere estar feliz, alegre, centrado. Y la realidad se encarga de hacernos ver que nuestros vaivenes debidos a nuestras alternancias corporales, mentales y, particularmente emocionales, no nos permiten ni estar 'en un ser'-como diría un autor espiritual-ni orar a nuestro 'gusto'.
Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.En esta circunstancia-externa, por cierto, puede la persona orar y orar siempre. Basta con que no trate de violentar la situación, que no cree tensión añadida y que busque el nivel de bienestar y de 'estar' bien que siempre es posible cuando se acepta la situación y se deja en paz al alma, al corazón, aceptando su circunstancia y permitiendo que surja espontánea la propia manera de relación amorosa, en ese momento.
Se puede orar siempre aunque no siempre como uno desea. La oración siempre es posible cuando se fundamenta en la sinceridad, en la voluntad de encontrarse con Dios.
No se trata de dirigir las circunstancias sino de aceptarlas; de asumirlas como oportunidad y fundamentar nuestra seguridad en que 'a los que aman, todo se les convierte en bien' y no ama el que sólo es dirigido por un modelo afectivo sino, sobre todo, por la sinceridad de una voluntad que quiere.
Dios no queda confinado a unas circunstancias sino que, a través de nuestras propias limitaciones, nos permite pasar por debajo de aquello sobre lo que nos es imposible subir.
De esta bella oportunidad que el amor nos da, vaya tratar en esta serie de articulillos, reducidos a 'casi nada': los llamo mini artículos. Que las cosas pequeñas, como una tarjeta de visita pueden suplir a una carta.