Oveja encontrada por el buén pastor

23 de septiembre de 2008

Testimonio de Isidro Hernández, joven que regresó a la iglesia después de estar algunos años alejado. Las reuniones mantenidas en su casa le ayudaron a realizar el viaje de vuelta a su parroquia en la que había sido acólito.

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.“Cuando mi casa se abrió a la Santa Misión me dejó inquieto. Al principio no pensaba asistir y participar en los actos organizados por la parroquia. Después me pareció deshonesto no estar en la reunión que se iba a tener en mi propio hogar. Me atreví a dar el primer paso y luego otro y otro hasta quedar inesperadamente tocado por Dios y comprometido todos los días de la Santa Misión. He tenido que reconocer lo maravilloso que es el Señor, pues no ha querido que me perdiese. A través de la misión ha salido a buscar esta oveja que estaba perdida. Me ha llegado el mensaje de cada jornada, de cada tema, de las reflexiones y oraciones compartidas, de los símbolos que presidían las reuniones. He vuelto a experimentar la conversión, la comunión, el amor de Jesús.

He reconocido todo el tiempo que he perdido en los años en que me alejé del Señor y de los hermanos. Felizmente he vuelto a la iglesia donde siempre tuve mi sitio. Estoy feliz. Me siento orgulloso de haber vuelto, de haberme confesado. Siento que nuestro Dios nos acoge a todos. Soy un pecador reconciliado, perdonado, amado. El Señor ha escuchado la súplica que en estos días le he dirigido. Mi propósito será asistir a la iglesia, no defraudar a Dios, tampoco a mí mismo a la comunidad a la que serví hace tiempo como acólito. Con mi familia quiero asistir nuevamente a las celebraciones de la eucaristía y hacernos presente en los actos comunitarios. Esta oveja perdida ha sido encontrada por el llamado del Buen Pastor”.