1. Enviar (mejor dar en mano) felicitaciones de Navidad a personas «distintas»: Una de esas personas que está tirada en el Metro o en la calle, el portero de tu casa, un compañero de trabajo con quien no tienes mucha confianza, un profesor del colegio, un sacerdote de tu parroquia, el equipo de Cáritas, un catequista, una enfermera o un médico, un enfermo ingresado en un hospital, un vecino anciano que vive solo en nuestro bloque, alguien que ha perdido recientemente un ser querido…
2. Hacer todas las noches una oración de esperanza ante el Nacimiento que hemos puesto en casa. Convertir el Belén en un lugar de recogimiento y oración, colocando una Biblia, algunas oraciones convenientes, algún libro de espiritualidad, algunas noticias de la prensa que nos hacen desear más profundamente la llegada del Salvador, o que son motivos de esperanza, ir escribiendo los nombres de las personas que hacen que este tiempo sepa verdaderamente a Navidad cristiana, etc.
3. Releer a lo largo de la semana las lecturas de la Liturgia del Domingo. Escribir la reflexión e intercambiarla con alguien.
4. La Navidad celebra que Dios se hizo tan pobre como para nacer en una cueva. Derrochar es el peor modo de entrar en sintonía con el Señor. Por eso: ponerse de acuerdo con quien sea posible en no hacerse regalos por cumplir, porque «toca regalar», y no regalar cosas que no sean necesarias. Hacer un regalo a alguna persona que realmente lo necesite, en vez de entre nosotros, que nos sobran muchas cosas.
5. Destinar un porcentaje de nuestros gastos navideños a Cáritas o alguna ONG que lo emplee de manera responsable y útil.
6. Procurar que alguna de las personas que conocemos tenga la posibilidad de hacer algo que normalmente no está a su alcance por razones de salud, de dinero, de soledad..,
7. Regalarnos en la familia o en la comunidad un rato de encuentro para dialogar de esas cosas importantes para las que nunca tenemos tiempo.
8. Hacer una lista (personal, familiar, de grupo de amigos…) de todas las cosas inútiles y vacías que solemos hacer todas las navidades, y procurar evitarlas. Hacer también una lista de aquellas otras que nos dejarían buen sabor de boca para estos días, y procurar hacerlas.
Puedes añadir tus propias propuestas, en la línea de lo que aquí se indica