Pareja y pasión

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.En la actualidad se caracteriza  la relación de pareja por una serie de rasgos que han ido surgiendo como resultado de la evolución histórica. Ha cambiado la forma de vivir, pensar, sentir y actuar de las personas y los grupos. Vivimos una vida humana desapasionada, y en ella conmemoramos y celebramos la pasión del Mesías Jesús. En nuestros días se han modificado las expectativas con respecto a la vida misma, a lo que se pide y se espera de ella. Se ha modificado la expectativa vital sobre lo que la relación conyugal puede ofrecer. Falta romanticismo y sobre pragmatismo. He aquí algunas características de la relación conyugal:

  1. Mayor igualdad legal entre el hombre y la mujer: más democracia interna en la relación. Ya no existe la reina de la casa; ni existe el señor de la casa. La familia nace como proyecto de vida de dos personas autónomas.
  2. Sexualidad menos reproductiva; es decir separación entre ejercicio de la sexualidad y la reproducción en virtud de los medios anticonceptivos que permiten una regulación de la reproducción según los intereses personales y sociales de la pareja. Y, no obstante, la permanente atracción y seducción sexual entre el hombre y la mujer es la voz de la especie que se hace presente en la llamada de la sexualidad.
  3. La intimidad como fundamento de la relación conyugal. La mujer ya no necesita dejarse seducir por un varón para que le solucione la vida; ella es autónoma y capaz de solucionarse la vida por sus propios recursos. Y lo mismo el varón. Es muy difícil que no haya  algún tipo de interés mercantil en la constitución de la relación conyugal, pero actualmente la relación conyugal no nace de las conveniencias personales o familiares; nace del afecto. Se base en la intimidad interpersonal: Requiere una profunda y asidua comunicación. Así es en una parte del mundo, aunque no en todas las culturas y los pueblos.
  4. La comunicación emocional intensa y personal es el aliciente de la relación conyugal. Es la forma de contrarrestar la rutina y aburrimiento que son los enemigos fundamentales del amor conyugal en la actual sociedad del cambio y de la emoción. Con muchas variables según el individuo humano, pero solemos contar el valor de los días por el de sus emociones. “! Ha sido emocionante!”
  5. La asignatura   actual más difícil de aprender en relación el proyecto de vida conyugal y familiar es la de la espera; actualmente vivimos acelerados; el tiempo de la vida es corto para todo lo que queremos vivir; por eso queremos conseguir todo y queremos conseguirlo ya. Ahora bien, construir una relación íntima de comunión y comunicación es una tarea lenta. Requiere tiempo y capacidad de resistencia a la frustración.  Requiere acompañamiento mutuo de la pareja; necesita desafío recíproco, para que no se apodere la inercia de los dos. Solo permaneciendo vivos y despiertos se puede crecer en vitalidad y frescura para seguir viviendo una relación apasionada y apasionante.
  6. En este camino del crecimiento conyugal se presenta actualmente con  frecuencia el agudizado conflicto entre autonomía y pertenencia. Hay un temor grande a que el amor signifique una atadura. Se imagina que amar a otra persona es hacerse dependiente de ella. Y es que el deseo de libertad se vive con frecuencia como individualismo y  hace sospechar que el amor crea dependencia afectiva. Pero, al contrario, en una relación equilibrada y sana el amor constituye el fundamento de la libertad. Sólo cuando se ama, se puede ejercitar la auténtica libertad.
  7. En el camino del crecimiento conyugal (y relacional en general) nunca se ama demasiado; lo que suele suceder es que se ama mal. Existen patologías del amor conyugal. Lo que parece amor apasionado, puede ser una forma de llenar el vacío personal; lo que parece ser una pareja muy unida, puede, en realidad, ser una relación fusional.  Lo que puede aparecer como entrega sacrificada y apasionada, puede esconder un fuerte miedo a ser abandonado/a y una necesidad de protección que lleva hasta la autohumillación y la anulación.
  8. Esas patologías tienen poco que ver con el amor apasionado del Mesías.  Se deja condenar a muerte y crucificar. En ello expresa y revela el mayor amor, el más gratuito y  universal. Por eso lo seguimos recordando. Nos sigue inspirando. Se sacramentaliza y encarna en el amor matrimonial. Y, por eso, los matrimonios cristianos siguen siendo una gran buena noticia pascual.