CUANDO QUIERAS VENIR a plantar tu tienda en mi interior morada, no permitas que se encuentre tan llena de otras presencias que no encuentre yo sitio para ti, Presencia deseada.
Cuando sales a mi encuentro para hacerte presente en mi camino "sígueme", no permitas que siga en soledad otros senderos, Presencia que me guía.
Cuando estás a mi lado en el árido desierto de la tentación, no permitas que extienda mi mano hacia la frondosidad prohibida del engañoso árbol, Presencia protectora.
Cuando quieres preparar tu mesa en el desierto de mi vida, no permitas que busque otro alimento, Presencia que me sacia.
Cuando me invitas a salir de la tiniebla "ven a la luz", no permitas que paralice mis pasos la pereza, Presencia que ilumina.
Cuando miras con ternura mi paso cansado y me llamas "ven a mí, que yo te aliviaré", o permitas que busque mi descanso en el bullicio, Presencia que sosiega.
Cuando quieres acallar mis inquietudes "la paz esté contigo", no permitas que acepte la paz como la da el mundo, Presencia pacificadora.
Cuando quieres mostrarme el camino que conduce a la Vida, no permitas, que aferrándome al discurrir de mis atajos, me precipite en un ocaso sin destino, Presencia vivificadora.
Cuando quieres revestirme de tu fuerza "sin mí no puedes hacer nada", no permitas que me afirme más que en ti, Presencia poderosa.
Cuando vienes a mí, como Bondad infinita, no permitas que desvíe mi corazón hacia otros bienes, Presencia amorosa.
Cuando te dignas a visitar mi corazón como Verdad suprema, no permitas que me deje obcecar por mis verdades, Presencia verdadera.
Cuando en tu amor quieres mostrarme tu suprema Hermosura, no permitas que busque mi gozo fuera de ti, Presencia que es Bondad-Verdad-Belleza.
Cuando me infundes el don de tu esperanza, no permitas que la estrechez de mi espíritu se vuelva a sus temores, Presencia innovadora.
Cuando quieres regalarme tu sosiego "ven conmigo a descansar un poco", no permitas que busque mi descanso en la disipación vana, Presencia reconfortante.
Cuando quieres darme el fuego que has venido a traer a la tierra, no permitas que permanezca en la tibieza, Presencia abrasadora.
Cuando sales a mi encuentro como fuerza de salvación, no permitas que busque mi apoyo en los ídolos del mundo, Presencia salvadora.
Cuando me otorgas tu gracia para iluminar las zonas oscuras de mi alma, no permitas que pretenda autojustificarme, Presencia sanadora.
Cuando exhalas sobre mí tu espíritu de paz, no permitas que abandone la lucha contra las fuerzas del mal y la codicia del mundo, Presencia fortificante.