Profeta

    En la Biblia profeta es ante todo alguien que ha recibido de Dios una llamada y una misión, acompañadas de la fuerza necesaria para hablar al pueblo en su nombre y con su autoridad. Su misión, que determina toda su vida, consiste en el anuncio del designio de Dios en relación con los acontecimientos que vive el pueblo, ayudándole así a discernirlos a la luz de ese designio.

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos. Así hay que entender los anuncios anticipados del futuro. Más que predicción exacta de unos hechos, pretenden situarlos y leerlos en el sentido del proyecto de Dios. El anuncio de salvación suele ir acompañado de una denuncia a la infidelidad del pueblo, sobre todo de sus dirigentes, por eso el destino del profeta suele ser la persecución e incluso la muerte.

Este fue también el destino de Jesús, que es considerado un profeta porque denuncia los excesos de los jefes del pueblo y revela el contenido de los signos de los tiempos. Sin embargo, es «más que un profeta», porque habla con una autoridad propia y no sólo anuncia la salvación, sino que la realiza. En la Iglesia, desde sus orígenes, el Espíritu ha ido suscitando profetas que continúan esa misión de anuncio, denuncia y discernimiento bajo la potencia de la Palabra y el Proyecto de Dios.