La población de la zona ya conoce el lugar como ‘Aldea del sida’, tras la decisión del Gobierno de Camboya de instalar en ella, por la fuerza, a familias afectadas por el VIH/sida. La medida ha provocado el rechazo, por la vulneración de los derechos humanos, de un centenar de organizaciones dedicadas a la lucha contra el VIH/sida, que ha dirigido una carta al primer ministro de Camboya, Hun Sen.
Un residente de Borei Keila empaca sus cosas el día de su desalojo.
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Las ONG denuncian que las viviendas donde han reubicado a los seropositivos “no cumplen con las normas internacionales mínimas para la vivienda de emergencia, incluso de carácter temporal” y, sobre todo, le piden al Gobierno camboyano “detener inmediatamente el envío de familias afectadas por el VIH a este lugar”, según explica la organización Human Rights Watch (HRW).
El nuevo ‘hogar’ para personas con VIH/sida en Camboya está muy lejos de serlo. HRW indica que este enclave, en Tuol Sambo, se encuentra a 25 kilómetros de Borei Keila, la ciudad donde residían antes las personas seropositivas. Sostiene que las familias viven, “amontonadas”, “en cobertizos verdes de metal que carecen de agua corriente y saneamiento adecuado. Los refugios están flanqueados por alcantarillado abierto, con sólo un pozo público para todas las familias reubicadas”. Además, se encuentran demasiado alejados de los servicios médicos, de apoyo y de empleo, están mal ventilados, y por la tarde el calor es tan intenso que los allí instalados “temen que sus medicamentos antirretrovirales (ARV) se deterioren por el calor.”
Sentencia de muerte u hospitalización
Rebecca Schleifer, defensora de derechos humanos y salud se Human Rights Watch, deja claro que "las condiciones de las viviendas plantean riesgos graves para la salud". Según ella, para estas personas con las defensas tan debilitadas, "estas condiciones deficientes puede significar una sentencia de muerte o el pase a un hospital."
Por su parte, Shiba Phurailatpam, de la Red Asia-Pacífico de Personas que Viven con VIH/SIDA, muestra su extrañeza ante esta acción del Gobierno: "Es difícil entender cómo un gobierno que ha recibido reconocimiento internacional por sus actividades de prevención del VIH pueda tan cruelmente pasar por alto los derechos fundamentales de las personas que viven con VIH".
Kevin Moody, de la Red Mundial de Personas que viven con el VIH, añade que la medida expone a estás personas "aún más a la estigmatización y la discriminación”.
Sin hogar ni trabajo
HRW explica, asimismo, que cuando estas personas vivían en Borei Keila, trabajaban como jornaleros, moto taxistas, limpiadores, y costureros. “Ahora, la mayoría no tienen perspectivas de trabajo", pues no pueden permitirse pagar cada día el transporte hasta la ciudad donde antes residían.
Carta a Moratinos
En el Estado español, el Observatorio de Derechos Humanos y VIH/sida, impulsado por la RED2002, también ha mostrado su preocupación ante esta acción del Gobierno camboyano por medio de tres cartas que la organización ha remitido al ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos; al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria; y a la Embajada de Camboya en París. “En ellas, informamos del hecho, presentamos nuestra queja por la violación de derechos humanos y pedimos que exijan a Camboya que detenga las prácticas de segregación hacia las personas con VIH”, explica Joan Bertran, responsable del Observatorio de Derechos Humanos y VIH/sida.
Desde el Observatorio de DDHH y VIH/sida recuerda la colaboración de España en el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (de hecho, es el cuarto donante del mundo), del que Camboya es receptor.
Bertran muestra su confianza en que el cúmulo de quejas y malestares tenga su efecto. “Con la suma de presiones es posible que, en primer lugar, el gobierno de Camboya comprenda que su acción es perjudicial y se la replantee; y, en segundo, que compruebe que el mundo se ha dado cuenta de ella y que tiene repercusiones”.