Reglas para no desviarse al consumir.

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.1. De lo común y sencillo no hay por qué preocuparse, pues en ello no suelen producirse desviaciones.

2. En cosas de más comodidad y gusto, hay que tener más cuidado, vigilando con esmero qué es lo que realmente se necesita, para aceptarlo, y qué es lo que sobra, para evitarlo.

3. De lo elegante y lujoso hay que cuidarse mucho, porque es muy fácil que uno se ate a ello y se desvíe, y hay más propaganda e incitaciones para hacerlo. Para esto, acostúmbrese a usar sólo cosas comunes y, si usa algo más especial, hágalo con mucha medida.

4. Sin descuidar la salud, cuanto menos consuma uno, aun de lo conveniente, más fácilmente llegará a lo justo; primero, porque será más libre para sentir y juzgar de una manera atinada; y segundo, porque, si empieza a notar que le falta la salud o ánimo, entenderá por ello que necesita consumir más de lo que está consumiendo.

5. Cuando vaya a comprar o a consumir algo, le ayudará imaginarse acompañado de Jesús y los suyos, fijándose en el uso que él hace de las cosas y queriendo ser en todo como él; de forma que su ocupación central sea estar con Jesús, y lo otro resulte secundario, para que así no se desvíe y conserve la libertad y el dominio de sí mismo.

6. Le ayudará tener en mente la situación y las necesidades de los más pobres, para así no encontrar gusto en el comprar y consumir.

7. Cuide sobre todo de no centrarse en la compra y el consumo, sino sea dueño de sí en las cosas que compra y consume y en lo que en ellas gasta.

8. Para no desviarse, ayuda mucho prever la compra o el consumo en momentos en que no haya antojo ni incitación alguna; y no se pase luego de lo previsto; y si se siente con ganas de hacerlo, en vez de aumentar, disminuya.

Las famosas «tres erres» dan pistas de por dónde caminar:

  • Reducir el consumo en cosas tan sencillas como ir a la compra con una bolsa de tela y evitar así el abuso de bolsas de plástico; o comprar a granel lo que se pueda, reduciendo el gasto de envases innecesarios. Más ejemplos: utilizar el ascensor sólo para subir reduce el gasto energético en un 60% aproximadamente; entre tanto, una marca de neumáticos lanza un nuevo producto, apoyado en una fuerte campaña publicitaria, con la gran ventaja de que reduce el consumo de gasolina… ¡en un 5%!
  • Recuperar todo lo recuperable; negarse a los productos de usar-y-tirar, utilizar el papel usado por una cara para escribir notas por detrás, recuperar (para mí o para otros) libros y ropa, etc.
  • Reciclar: ésta es hoy la última moda consumista, comprar productos reciclados. No está mal, pero sólo tiene sentido si se da lo anterior y todos colaboramos en el reciclaje (vidrio, papel, cartón, pilas, metales…, hasta llegar a la recogida selectiva de basuras en origen).