Robert Moore sobre la energía humana

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.Pocos pensadores han influido en mí tan profundamente como Robert L. Moore. ¿De quién se trata? Es un erudito que ha pasado casi 50 años estudiando la energía humana desde la perspectiva de la psicología, antropología y espiritualidad. Pocos estudiosos se le igualan en unir la energía humana -aun cuando es algo duro y grandioso- a la imagen y semejanza de Dios que hay dentro de nosotros. Merece ser escuchado.

Recientemente, tuve el privilegio de asistir a un Instituto en el que despertó interés. Comparto con vosotros un par de aportaciones.

Nuestra ansiedad de crecimiento y nuestra necesidad de construir “un arco” como para no anegarnos en él:

Hoy, nuestras vidas están inundadas por la ansiedad, y esto resulta una ruinosa destrucción psicológica y espiritual por doquier. Estamos siendo embestidos por una “ansiedad desordenada”; y, mientras esta ansiedad está aumentando, nuestra capacidad para dirigirla está a la vez bajando. Esto está causando -en palabras suyas- una “regresión pan-tribal”, o sea, estamos viendo por todas partes a grupos mezclarse juntos en paranoia y auto-protección. ¿Y qué consecuencias trae esto?

Algunos estudios han mostrado que, cuando nos sentimos amenazados, nuestra capacidad de escucharnos unos a otros empieza a anularse, incluso biológicamente. En resumen, cuando sentimos ansiedad, nuestros cerebros se mueven instintivamente hacia un lugar más primitivo, esto es, hacia el reptil, de sangre más fría, que es parte de nosotros. Esto está más  largamente compuesto por el hecho de que tenemos menos recipientes culturales y espirituales  para ayudar a contener nuestra ansiedad. Muchos de nuestros antiguos rituales culturales y espirituales para tratar la ansiedad o se han deteriorado o están fenecidos. De aquí que no es sorprendente ver hoy tanta paranoia y violencia en nuestro mundo. Estamos anegándonos en ansiedad y falta de recursos psicológicos y espirituales para tratarlo. Esto, para Moore, puede llamarse “el diluvio de Noé” en nuestro tiempo: el mundo está anegándose en ansiedad, y por eso necesitamos aprender a construir un “arco espiritual” (un “templo psíquico interior”) con el fin de no ahogarnos y, como Noé, ayudar a mantener la vida sobre este planeta.

Pero, avisa Moore, esto no será fácil. Nosotros aún estamos mucho en estado de contradicción y, de manera irónica, en un plano que la contradicción nos protege de hecho saludablemente. Como indica Moore, si penetramos a través de nuestra contradicción y otros mecanismos de  defensa sin primero construir un templo psíquico interior, podemos caer en psicosis, porque podemos ser sumergidos por nuestras energías arquetípicas. Nuestros mecanismos de defensa son necesarios, al menos durante cierto tiempo, para ayudar a salvaguardar nuestra sensatez. El fundamentalismo es una de esas salvaguardias: la gente está volviendo a maneras rígidas con el fin de intentar permanecer sanos.

Sobre nuestro temor de Dios, nuestros intentos de apartar a Dios de nuestras vidas y nuestra ingenua religión:  

Nosotros tenemos muchos mecanismos de defensa contra el “divino”, pero eso es comprensible. Cuando aparecemos delante de Dios y tratamos de acercar esa energía, es algo semejante a una persona que está delante de una corriente eléctrica de 200.000 voltios y trata de enchufarla a una cafetera. Eso es imagen para nuestra lucha por tratar de acceder y abarcar la energía divina. Estamos constantemente presionados por esta energía, desde dentro y fuera, y necesariamente, dentro de nosotros, para crear un cáliz psicológico, un santo grial, un templo interior, a fin de sujetar nuestras energías de Dios. Este cáliz psicológico es además la copa de la Eucaristía.

Más allá de eso, también debemos hacer la pregunta: ¿Por qué hay tanta resistencia en nosotros a estar conscientes de la Gran Presencia? ¿Por qué nuestro habitual rechazo de la consciencia de Dios? ¿Por qué preferimos caminar solos, sin Dios? Para Moore, esto es de hecho parte de la clave del misterio de iniquidad: Habitualmente nos cerramos a un Dios benigno, prefiriendo las tinieblas a la luz.

Sobre la diferencia entre ciencia y teología:

La diferencia entre ciencia y teología es la diferencia entre un avión a reacción y un proyectil. Un avión a reacción necesita oxígeno y sólo puede volar a cierta altura; tiene que permanecer dentro de nuestra atmósfera. Un proyectil está potenciado de tal forma que puede volar fuera de nuestra atmósfera.

Sobre cómo vamos a construir un templo psíquico interior:

Todos nosotros tenemos una asombrosa potencialidad, pero siempre estamos descargándola. Es posible aprender a caminar por la senda de la belleza, a vivir con elegancia, porque ya estamos situados en resplandor. Hay una radical compasión ya dentro de nosotros, pero debemos despertar a ella. Ya estamos viviendo en un inmenso amor. El camino al hogar debe ser ya el hogar. Y así necesitamos estar de hecho desconfiados siempre que nos sentimos solos, porque nunca lo estamos. Cuando nos sentimos solitarios, estamos siendo engañados.

¿Cuáles son los pasos que nos llevan a vivir el camino de la belleza y compasión? En resumen:

Corta tu contradicción, reconoce lo que te falta. Elimina de tu vida la duda, aprende a contener la tensión, equilibra los opuestos y -a través de la oración- trata conscientemente de habitar en la Gran Presencia. Emplea una “santa furia” al hacer eso.

Pocos escritores espirituales ofrecen como Moore la combinación de profundidad y equilibrio. Merece ser escuchado.