«Os conviene que uno muera por el pueblo».
Dentro de nada empezamos la Semana Santa. Las lecturas nos han ido colocando en suerte, para que podamos entrar con plena conciencia en ese nuevo tiempo litúrgico. Hoy se nos presenta una reunión de pastores en el Sanedrín. La decisión está clara. Para que no muera todo el pueblo (o sea, para que los romanos no les invadan) Jesús debe morir. A Jesús eso no le asusta. Él sigue dispuesto a cumplir con la voluntad de Dios, cueste lo que cueste. Por eso, irá a la fiesta. Una fiesta que para nosotros será la salvación, pero para Él, la muerte. Una muerte que abrirá paso a nuestra salvación. Una muerte voluntariamente aceptada. Pero eso es ya otra historia.
Oración.
Padre bueno,
que nos miras con amor. Haz que nuestras
buenas obras sirvan
para nuestra salvación
y la de nuestros hermanos, para que el sacrificio
de tu Hijo dé fruto,
y ese fruto sea abundante.
Amén.