El día 27 de junio se celebra Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro, una advocación mariana ligada a la congregación del Santísimo Redentor (redentoristas) desde hace 150 años, pero la historia de esta imagen comienza mucho antes.
De Creta a Roma
Cuentan los historiadores que este icono de María fue pintado, con toda probabilidad, en la isla de Creta, en la escuela iconográfica de Candía -donde El Greco fue alumno-. Este icono fue realizado según el estilo de Andrés Rizo de Candía (1422-1499), escuela de la que salieron numerosos iconos a Venecia y Roma.
Según la leyenda esta tabla de madera fue robada en una iglesia por un mercader que la llevó a Roma y la colocó en su domicilio. A la muerte del mercader, una niña dice que la Virgen, en sueños, le ha dicho cual es su sitio en la Ciudad Eterna: una pequeña iglesia-monasterio entre las basílicas mayores de Santa María la Mayor y San Juan de Letrán, era la iglesia de San Mateo. Allí la imagen del Perpetuo Socorro fue colocada y venerada durante 300 años, desde el 27 de marzo de 1499. Posteriormente, en 1739 esta iglesia fue confiada a los Agustinos irlandeses que habían sido expulsados de su país. Años más tarde –en 1798-, durante la invasión napoleónica, el templo de San Mateo sería destruido y los agustinos tienen que abandonar su iglesia. Desde esta fecha nuestro icono permanece oculto, según indicios fiables, en la iglesia de Santa María en Posterula, hoy desaparecida.
En la iglesia de los Redentoristas
En 1855 los redentoristas, fundados por San Alfonso Ma de Ligorio cerca de Nápoles en 1732, llegan a Roma y se instalan en el lugar donde había estado la iglesia de San Mateo. Allí fueron conociendo, poco a poco, la historia del icono que se había venerado en este lugar. El P. Nicolás Maurón, Superior General, escribió al Papa Pío IX solicitando que aquella imagen, con fama de milagrosa, volviera a ser venerada en su antiguo lugar. El Papa, al poco tiempo, entregaba el icono a los redentoristas con estas palabras: “Dadla a conocer a todo el mundo”.
Desde ese momento María del Perpetuo Socorro ha estado ligada a esta congregación religiosa, especialmente en sus misiones. En 1867 llegan a España las dos primeras copias auténticas del icono que son colocadas en Huete (Cuenca) –primera fundación de los redentoristas en Españay en Alhama de Granada. En 1870 se consagra en EE.UU la primera iglesia dedicada al Perpetuo Socorro en todo el mundo, sería en Boston. La devoción se extiende en Chile, Filipinas, Brasil, India, Singapur, Haití (patrona del país), Polonia, Colombia…
En España la Virgen del Perpetuo Socorro es Patrona oficial de entidades públicas, como Sanidad Militar, Colegios Médicos, el Ministerio de la Gobernación, el Seguro Español, Beneficencia Municipal de Madrid, Instituto de Previsión, Ministerio de Hacienda, el SAMUR…
Mensaje del Icono
El mensaje del icono encierra un pequeño tratado de mariología. María y el niño están flanqueados por los arcángeles Gabriel y Miguel que presentan a Jesús los instrumentos de su Pasión. Al contemplar esta dramática visión, el niño se asusta y en un movimiento busca socorro en los brazos de su Madre, a cuya mano se aferra con fuerza. El susto y movimiento del Niño están expresados por la contorsión de piernas, el repliegue del manto y la sandalia desprendida. El icono representa la realidad teológica completa de la Redención por la Pasión Gloriosa. Los instrumentos de la Pasión no son sólo presagio de dolor y muerte, aparecen en las manos ‘veladas’ como trofeo y símbolo de victoria lograda.
150 aniversario
El 27 de junio de 2015 comienzan las celebraciones del 150 aniversario de la entrega de la imagen del Perpetuo Socorro a la Congregación Redentorista. Las celebraciones, que tendrán el lema “Madre del Perpetuo Socorro, Icono del Amor”, terminarán el 27 de junio de 2016. En este año los redentoristas queremos reavivar nuestra devoción a María del Perpetuo Socorro, que ella siga impulsando los deseos de anuncio evangélico a los más abandonados.
Mi Madre del Perpetuo Socorro
Mi buena Madre, Madre del Perpetuo Socorro:
Tú, a quien me he confiado
y consagrado hace ya algunos años,
y que tan bien me has socorrido
y tan fiel me has guardado y conducido,
mi buena Madre, estréchame junto a ti.
Yo me pongo en tus manos como un pequeño.
Me abandono a ti como un niño en mantillas.
¡Guárdame, guarda mi corazón! Haz que en esta noche,
en este día y siempre yo y todos los que Jesús quiere ver junto a sí,
podamos compartir sin cesar tu amor, tu mirada,
tu adoración de nuestro Señor.Beato Carlos de Foucauld
Extraído de la revista "Iris de Paz"