Sin violencia en la presencia de Dios

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.El principio que rige el proceso oracional es que 'todo sea sin violencia'. Todo ha de estar a la altura del corazón, donde la relación de amor se humaniza y donde la persona está contenida. En tu oración parte siempre de lo que sientes. Lo que sientes está más cerca de tu corazón, de tu necesidad y de cómo estás en este momento. Deja que se derrame tu corazón.

Las maneras de oración o modelos de orar de cada uno no nacen tanto de un método preestablecido sino de una manera de 'personalidad' o de un 'modo de 'estar' en un momento determinado. Éstos, en los comienzos, condicionan la forma de nuestra relación personal con Dios; condicionan, incluso, en gran medida, la preferencia por un modelo de oración o método determinado.
 
Pero, en todo caso: El principio que rige el proceso oracional es que 'todo ocurra sin violencia. Cuando se violenta, se falsea la verdad de nuestro modo de ser y de estar y la relación carecerá de sinceridad. Si, por ejemplo, estás triste, no te violentes para estar alegre. Parte de tu tristeza y deja que la relación fluya desde ella. Dios entiende nuestros vaivenes y nuestros niveles de superficialidad, fundamentalmente, iniciales.

Desde la actitud de no conflicto, de no violencia y de pobreza se pueden crear "modelos de oración" para todas las necesidades; modelos de oración que respondan a cualquier situación en la que el orante se encuentre. El orante, desde su situación particular y cambiante, puede buscar el modelo ocasional que le cuadre.
Recoge el esquema adjunto:

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.

Y deja que el corazón cree su propio lenguaje.