Soñar lo imposible para llegar a lo imprevisible! «Tienes que nacer de nuevo».

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.

Leemos y escuchamos durante estos días muchos pronósticos respecto al Post-Coronavirus: unos rebosan optimismo, otros escepticismo, otros pesimismo. El Evangelio de este día nos ofrece una clave alternativa, por parte de Jesús. Y es válida también para la Iglesia y sus comunidades. En este tiempo, se han cerrado nuestros templos, se han suspendido nuestras reuniones a causa de una amenaza global. Estamos encerrados y confinados en los cenáculos de nuestras casas. Esta es la oportunidad para escuchar ese imperativo mágico de Jesús a Nicodemo: “Tienes que nacer de nuevo”. Aunque el Evangelio de este día (lunes, 20 abril 2020) nos traslada al inicio del ministerio de Jesús –según el cuarto evangelio-, sin embargo, lo que allí Jesús revela acontece en la Pascua: nacer del Espíritu.

Quien visita de noche se encuentra con la Luz: quien es viejo es llamado a re-nacer

Centremos nuestra atención en el encuentro de Jesús con Nicodemo:

  • Nicodemo visitó a Jesús de noche, porque no quería ser visto.
  • Era un personaje importante que luego tomó postura públicamente en el Sanedrín a favor de Jesús (Jn 7,50) y, al final, mostró el valor de exigirle a Pilato el cuerpo de Jesús, que acababa de ser ejecutado por alta traición (Jn 19,39).
  • Nicodemo representa el pueblo judío. Considera a Jesús un profeta: “sabemos que has venido de Dios como maestro”, pero todavía no como “el que ha salido de Dios (Jn 8,42; 13,3; 16,27).
  • Jesús le hace la propuesta más revolucionaria e innovadora que él pudiera imaginar: ¡hay que nacer de nuevo! No le dice que tiene que mejorar, que debe dar muerte en su vida a ciertas actitudes. La propuesta es radical: ¡hay que nacer de nuevo”. Los evangelios sinópticos traducen así: “hay que hacerse como un niño” (Mt 18,3; Mc 10,15).
  • Lo que parece imposible a un “viejo” es, sin embargo, posible. El Espíritu Santo está alerta. Él será el gran protagonista de ese re-nacer . El bautismo de agua será la señal de que el re-nacimiento está actuando ya en el mundo. No se trata de entrar de nuevo en el vientre de la madre”. Consiste en nacer del Agua – Espíritu, que no sabes de dónde viene y adonde va y por eso, hay que introducirse en la búsqueda del “Desconocido”..
  • A quien viene a visitarlo de noche, Jesús le dice: “La luz vino al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz… pero el que obra la verdad va a la luz”(Jn 3,20-21)

Y nosotros, ¿qué? ¿Habrá un re-nacer después de esta noche inesperada?

Podemos considerar a Nicodemo como el representante de “lo religioso”, de “lo eclesiástico”, de “lo de siempre”, de los que se creen que lo saben todo: “Tú eres maestro en Israel ¿y no sabes estas cosas?”. ¿No nos ocurre hoy lo mismo, que hay personas que se lo saben todo? Y, por lo tanto, ¡no hay nada nuevo que esperar! Lo importante es repetir lo que hasta ahora se ha hecho.

Jesús confronta a Nicodemo con el desafío de un auténtico renacimiento. ¡Y también hoy a nosotros! Pero no será obra nuestra. Hay que entregarse al Espíritu que se derrama sobre nosotros como el agua para energizarnos y hacernos renacer. Cierto, hay que discernir dónde sopla y se derrama el Espíritu, “porque no sabemos de dónde viene y a donde va”.

No es cuestión de fantasear, sino de escuchar lo que ahora el Espíritu nos dice a todos, de interpretar sus señales, de escuchar sus gemidos y de acoger la nueva energía que nos transmite para el cambio real. Por eso, es tan importante no el discernimiento meramente individual, sino auténticamente colaborativo, con miradas amplias, más allá de nuestros confines.

  • ¡Quizá no nos dábamos cuenta de que llevábamos un tiempo árido, infecundo, que formábamos comunidades acostumbradas y un poco viciadas, instituciones ineficaces y repetitivas…
  • Con el paso de los años, los seres humanos nos volvemos conservadores, no estamos dispuestos a muchos cambios cuando hemos llegado a un cierto status, cuando hemos adquirido una cierta importancia social.
  • Pero el Maestro que ha salido de Dios nos inquieta: nos ofrece un horizonte de vida radicalmente nuevo: ¡nacer del Espíritu! Es decir, nos invita a entrar en la biosfera del Espíritu, en el ámbito del agua –fuente de vida- donde todo renace.
  • ¿Acogeremos esta llamada a entrar en una nueva espiritualidad, a re-inventar instituciones, a ser la otra humanidad y comunidad posible?

Plegaria

Abbá, Padre-Madre, cuánto quisiéramos tus hijas e hijos escuchar y sentir las palabras que el día de la Resurrección pronunciaste sobre el cuerpo sacrificado de Jesús: “Tú eres mi hijo, mi hija, yo te he engendrado hoy”. Sólo Tú puedes hacernos nacer de nuevo. Acoge nuestra súplica, derrama en nuestros corazones tu Espíritu y ¡el sueño de Jesús sobre nosotros se hará posible!

Para escuchar y contemplar:  “Lo viejo pasó, un nuevo día llegó”

 


Extraído del Blog «Ecología del Espíritu»