Sólo el 40% de los universitarios tiene un trabajo acorde a su nivel de estudios

\"\"La elevada tasa de paro en la mayoría de países europeos obliga a muchos titulados universitarios a aceptar empleos de cualificación inferior para desarrollar una actividad profesional. En la Europa de los Veinticinco sólo el 50% de los jóvenes diplomados universitarios, de 25 a 34 años, ocupan un puesto de trabajo de cuadro superior o una profesión intelectual. En España, Francia y Chipre el problema es mucho más acentuado. En España no superan el 40% los jóvenes universitarios que logran un empleo de acuerdo con su formación académica. Éste es uno de los aspectos llamativos del informe de Eurydice, cifras claves de la educación en Europa 2005.

El estudio, que emplea indicadores armonizados de los distintos países, refleja el estado de la educación en la Europa de los Veinticinco. La educación se ha convertido en asunto prioritario de la agenda de estos países desde 2002, en que los jefes de Estado y de Gobierno destacaron su papel esencial para alcanzar los objetivos de la estrategia de Lisboa de 2000, que se fijó como meta conseguir que la economía europea fuera la más competitiva en 2010.

Las dificultades de los universitarios para encontrar el empleo adecuado a su formación están relacionadas con otros aspectos diferenciales del panorama educativo y laboral español y europeo. España, por una parte, es uno de los países con una mayor proporción de inscritos en la enseñanza universitaria sobre el conjunto de estudiantes (21,1%), una tasa notablemente superior a la media europea (15,6%).

FORMACIÓN PROFESIONAL
Otra distorsión significativa respecto al panorama europeo que recoge el informe Eurydice, que emplea más de 150 indicadores, es la diferente distribución de los alumnos entre la enseñanza secundaria posobligatoria y la formación profesional. Mientras en Europa, el 37% de los estudiantes siguen la enseñanza general y el 63% la formación profesional, en España las proporciones son inversas: el 62% de los estudiantes siguen el bachillerato y sólo el 38% la profesional.
Un desajuste que sin duda contribuye a aumentar las dificultades de los universitarios españoles para encontrar un puesto de trabajo para el que se han preparado, aunque sin tener demasiado en cuenta las expectativas reales de las ofertas reales de empleo. La tasa de paro de los titulados superiores españoles entre 25 y 34 años es del 11,5%, una de las más altas de la media europea que se sitúa en el 6,2%.

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A pesar de los desajustes entre el grado de formación y los empleos desempeñados, el nivel de educación sigue siendo un factor determinante para encontrar trabajo. El informe compara con datos de 2002, la tasa de paro masculina y femenina de los distintos países europeos, entre 25 y 64 años, según los distintos niveles de educación. En España, las mujeres con un nivel alto de educación registran una tasa de paro del 10,6% (4,8 en la UE) y los hombres el 4,7% (3,7 en la UE). En cambio para los niveles de educación más bajos las tasas de paro son mucho más elevadas: para las mujeres, 17,5%(11,7% en la UE) y 7,7% en los hombres (8,8 en la UE).

Las diferencias de educación son todavía mucho más acentuadas por su impacto en calidad de los contratos. A menos educación, más temporalidad. Un 34,5% de las mujeres españolas, (12,7 en la UE), con bajo nivel de educación, tenían un contrato temporal en 2002. En los hombres, con un grado de educación intermedia, el empleo temporal afectaba al 18,9% de los españoles, mientras que la media europea era del 6,8%.
Por otra parte, España, junto a Italia y la República Checa son los países que registran un abandono de la educación más intenso a partir de los 19 años. En España, la población de 0 a 19 años está escolarizada en un 83% (79,9% en UE), mientras que de cero a 29 años sólo lo está el 56,7% (58,9% en la UE). Estos datos reflejan que a partir de los 19 años muchos jóvenes españoles abandonan la enseñanza sea del tipo que sea.
La población europea recibe algún tipo de formación durante unos 17,4 años de promedio, prácticamente el mismo periodo que en España (17,3). No obstante, otros países como el Reino Unido, Suecia, Finlandia, Bélgica e Islandia, registran periodos de enseñanza mucho más largos, que superan los 19 años.
Los datos de 2003 reflejan todavía una baja tasa de hijos de inmigrantes en el conjunto de las escuelas españolas.

La proporción de alumnos de 15 años, cuyos padres habían nacido en el extranjero oscilaba entre 10% y el 20% en varios países de Europa como Bélgica, Alemania Francia y Holanda. En España esta tasa era muy inferior y se situaba en el 3,4%. En relación con los recursos destinados a la educación, España con un gasto equivalente al 4,4% de su producto interior bruto se encontraba en 2001 por debajo de la Europa de los Veinticinco que emplea el 5,1%, según datos de 2001. En relación con la distribución de los recursos por los distintos niveles de la Administración, es significativo el grado de descentralización del gasto de educación en España.

Según el estudio de Eurydice, las comunidades autónomas financiaban el 79,8% del gasto total de educación, más que en otros países de estructura federal como Bélgica (79,1%) o Alemania (70,2%). En Europa el gasto de los Gobiernos regionales representa el 25,6% y el de los locales es del 27,8%.