Voy a detenerme a dar una sencilla descripción de dos de las múltiples estampas que nos brinda la realidad familiar.
VIVIR LA VIDA-MISTERIO EN EL EMBARAZO
Propiamente el acunamiento del misterio humano recibe el nombre de «embarazo». Es el tiempo de gestación inicia! humana en el útero materno, que media entre la concepción y el parto. El tiempo de la gestación humana dura 300 días (tiempo máximo) y 180 días (tiempo mínimo). El período normal equivale a nueve meses lunares.
Resulta maravilloso poder ayudar a recordar a los padres siquiera esquemáticamente todo el proceso tan misterioso y extraordinario de la vida humana.
El primer síntoma que permite valorar la existencia de un embarazo (la fecundación) es la ausencia de la regla durante unos días.
Son perceptibles ligeros cambios en las mamas (más duras y mayores, más sensibles) y ciertas modificaciones psicofisiológicas: cambia el equilibrio hormonal, el funcionamiento de diversos órganos, la regulación del metabolismo, senos, útero, etc.
Aparecen cambios físicos: En los dos primeros meses puede haber náuseas, fatiga, cambios en la piel, aumento de mamas. Entre el 3° y 6° mes comienza a aumentar la barriga. Se pueden percibir los movimientos del feto. También se pueden oír los latidos de su corazón mediante aparatos especiales e incluso los movimientos del corazón (ecografía). La aureola de los pechos aumenta y oscurece. Suele aparecer también una línea oscura entre el pubis y el ombligo. En ocasiones, aparecen manchas en el rostro. Y en el último trimestre es cuando se experimenta un mayor aumento de peso que oscila entre los 10 y 15 kilos.
Resultan muy curiosos los cambios psicológicos. El primero de ellos es la aceptación del embarazo y el deseo del nuevo hijo/a. En este primer período son fundamentales una buena relación afectiva y un mayor diálogo en el matrimonio. Ni qué decir tantísimos momentos de gran alegría y ánimo, generando gran ilusión acerca del futuro bebé (nombre, ropa, habitación…). Son palpables por parte de la mujer los sentimientos de seguridad y alegría. Con tranquilidad todos los miembros de la familia comentan, sueñan, oran, bendicen, felicitan, besan, aman innumerables pequeños proyectos en torno al nuevo ser. Reina la tranquilidad dentro de ese ritmo de felicidad.
Y lo más curioso, aunque oculto aún, es el vivir de cerca el desarrollo del feto. El nuevo organismo en virtud de la multiplicación celular crece y se desarrolla armónicamente. Los cromosomas que incluyen los genes son los que planifican y supervisan el desarrollo determinando el orden y su sincronización. Desde el momento de la anidación el bebé va a ir alimentándose de la madre a través del cordón umbilical. La alimentación de la madre va a ser muy importante.
Algunos cambios durante el proceso del embarazo se manifiestan así:
- Mes 1º: A los 14 días ya mide 2 mm. Ya tiene un sistema nervioso muy rudimentario. El corazón está esbozado y tiene forma de U.
- 2° mes: Mide 3 cm. y pesa cerca de 10 gramos: Comienza a desarrollar los brazos y las piernas; también la cabeza; tiene ya ojos, nariz, orejas… El cerebro tiene ya sus zonas esbozadas. Hay músculos formados.
- Mes 3°: Las células comienzan a especializarse. Ya se puede hablar de que existe un feto. Los órganos vitales se hallan formados. El embrión adquiere su formada definitiva. La placenta está formada para permitir mantener el embarazo y alimentar al feto. A partir de este tercer mes el desarrollo de las funciones se convierte en la parte más importante del crecimiento.
- 4° mes: Ya puede flexionarse y moverse. El aparato circulatorio esta prácticamente acabado.
- 5° mes: Comienza la maduración nerviosa. Las neuronas se desarrollan y articulan creando una red compleja.
- 6° mes: aparecen los primeros reflejos. Mide 30 cm. y pesa cerca de 1 kg. Hasta aquí el feto depende exclusivamente de la madre.
- 7° mes: Se perfeccionan los órganos de los sentidos.
- 8° mes: El feto puede pesar 2'5 kg.
- 9° mes: El feto está ya listo para nacer, envuelto en las membranas. La placenta es una masa carnosa a través de la cual se comunican la madre y el bebé. Tiene también una función de filtro: permite pasar los elementos nutritivos de la madre, sin que su sangre se mezcle con la del niño, aportando el oxígeno necesario al feto. El nido materno está en grado de calor y afecto máximos. El feto se sitúa cabeza abajo en el útero preparando su nacimiento a la luz. Se dilata el cuello del útero. Y tras las contracciones y la expulsión de las aguas, aparecen en el regazo materno dos seres provenientes de una única vida anterior, unidas por el cordón umbilical (mediación imborrable de maternidad y de filiación).
¡Cuántas pequeñas etapas! ¡Cuántas transformaciones! ¡Qué bello y misterioso crecimiento! ¡Qué feliz proceso de vida y de amor! Y todo ello desde una mediación pequeña del hombre y total de la mujer. Es fundamental saborear haciendo un recorrido inverso marido y mujer, ambos, al tiempo que contemplan ya su amor convertido en hijo/a. La contemplación y el silencio, la plegaria y el afecto, el canto y el respeto de la intimidad, las caricias sintiendo la cercanía del Misterio, el llenarnos de ilusiones y gestos de entrega total, el sufrir y las lágrimas, la espera y el abrir los ojos cada mañana a la luz del Creador… todo ello es una celebración inacabable, trascendente, feliz, pascual.
VIVIR LA EXPERIENCIA BAUTISMAL DE LOS PRIMEROS AÑOS
Si de verdad el nacimiento de un hijo/a es un acontecimiento importante, no es menos importante el nacimiento a la fe en Dios Padre mediante el baño en espíritu de Jesús Salvador resucitado. Vamos a recordar por un momento algunas significaciones del sacramento del bautismo:
– El bautismo es un regalo de Dios porque nos comunica una vida nueva:
- porque nos hace hijos de Dios y le decimos: Padre nuestro
- porque nos une a Jesús, como nuestro hermano mayor;
- porque nos hace miembros de la familia grande: la Iglesia.
– El bautismo nos une a un gran misterio de amor:
- porque es manifestación del amor que nos da Dios gratis a todos
- porque es participación en el misterio pascual de Jesús (realización plena y total de la persona);
- porque es comunicación de una vida nueva que nos da el Espíritu.
– El bautismo es un compromiso de personas creyentes:
- que orientan a los hijos hacia Dios Creador y Padre bueno;
- que hacen el esfuerzo de compañar y alentar en la fe;
- que hacen partícipes a otros creyentes, padrinos, etc. en esta tarea;
- que buscan ser y formar la Comunidad de Jesús en la historia.
El bautismo supone por parte de los padres tener fe verdadera y propósito sincero para acompañar en fe familiar y comunitaria.
El bautismo supone apuntarse a ser cristiano: amando la vida y respetando de los demás; luchando por la paz; Hiendo con sencillez y defendiendo causa por los mas pobres; bajando para que haya más justicia; queriendo de verdad y buscando la unicidad de todos; trabajando en serio para hacer parroquia, acompañar en la fe adulta y celebrar la vocación cristiana y fraternal. Y eso supone vivir una misma vida con Jesús y vivir ese ideal para toda la vida.
Hubo un proceso tranquilo de preparación previa al bautismo por parte de los padres y padrinos. Fuimos testigos de gestos y símbolos que marcaron en el inicio de la fe al hijo/a y, sobre todo, a nosotros los padres.
Veamos proyectadas en la pantalla tantas escenas:
- El camino que hicimos de casa, a la parroquia.
- El agua bendita de la pila que trajimos a casa para bendecir todo nuestro hogar, en cada amanecer o atardecer.
- La bienvenida del sacerdote en nombre de la Comunidad y la signación en la frente al hijo por parte de todos.
- La proclamación del Evangelio y su imposición y beso final.
- La renuncia al pecado y al mal con la disposición de conversión sincera por parte de los padres y padrinos.
- La afirmación comunitaria en la fe de Jesús Hijo de Dios Padre.
- El decir públicamente el nombre –proyecto de vida cristiana– del hijo en medio de la comunidad.
- La unción del hijo/a con el óleo sagrado signándolo como elegido del Señor.
- El momento del bautismo en la fe de todos los presentes, mediante el agua y las palabras del sacerdote.
- El gesto de encender la vela en el cirio pascual comunitario.
- La oración del Padrenuestro.
- La imposición del vestido blanco sobre la criatura, signo de la vocación a la santidad cristiana.
- El ofrecimiento al Señor por mediación de María.
- Nuestras manos extendidas sobre el cuerpo de la criatura significando la comunicación familiar de nuestra fe sobre él…
Todos sabemos que celebrar fiesta de aniversario de los «momentos grandes» de la vida humana, resulta fundamental en el mismo matrimonio. Por eso, invitamos a revivir los múltiples contenidos y significaciones del bautismo del hijo en los meses siguientes. Ello supone volver a vivir aquella ilusión; repetir el gesto llenos de fe, celebrar cuantas veces sea necesario como algo «que vale la pena»; tomar del «tiempo pasado» lo mejor para ir hacia «adelante»; seguir renaciendo al Amor de Dios Padre por nuestra mediación familiar y sacramental. Y, como es normal en toda fiesta, también las fiestas posteriores al bautismo deben celebrarse por parte de ambos padres y padrinos; nadie debe descolgarse de esta experiencia; sería como renunciar al vínculo materno. El bautismo revivido así nos fraterniza y familiariza en el amor de Dios Padre para ser siempre así desde El.