En este curso 2007-2008 la familia claretiana estamos celebrando el bicentenario del nacimiento de San Antonio María Claret. Somos muchas las personas que nos sentimos cercanas a este pequeño gran hombre. De los muchos aspectos que podríamos subrayar de su persona, en este momento queremos detenernos en una en particular: la sensibilidad que tenía Claret ante el sufrimiento que se daba a su alrededor. Hoy en día se constata desde distintas instancias que nuestra sociedad está dormida, anestesiada, indiferente ante los distintos rostros del sufrimiento… Pues bien, esta situación no parece ser nueva, ya que Claret decía de la sociedad de su tiempo lo siguiente:“He visto ser ésta una época en que el egoísmo ha hecho olvidar los deberes más sagrados que el hombre tiene con sus prójimos y hermanos, ya que todos somos hijos de Dios”. Pues bien, en medio de esa sociedad dormida, encontramos muchas iniciativas de Claret para mejorar las condiciones de vida de los enfermos, los huérfanos, los ancianos, los presos, los pobres, los inmigrantes, los esclavos… Por tanto, recordar este año a Claret, significa recordar la vida de alguien que cuidó de los pobres… y que se convierte para nosotros en estímulo para poder también responder con generosidad a las situaciones de sufrimiento que se dan en nuestro mundo. ¡Ojalá este hombre nos ayude a que despierte con fuerza en nosotros la generosidad que Dios nos ha regalado y a la que tantas veces no damos salida!
Power point con el texto
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