En nuestra sociedad el trabajo se ha convertido en un factor muy importante, casi el más importante, de identidad personal y social. Y es que la persona se hace y se realiza desde el trabajo que la proyecta hacia afuera. Con este articulo lo que pretendo es aportar ciertas ideas de cómo una actividad diaria y cotidiana como el trabajo, ejerce funciones importantes en la configuración de la personalidad, así como en el fortalecimiento o debilitamiento de la autoestima a través de los pensamientos lógicos o irracionales que nos provocan un sentimiento de valía o de inutilidad de la vida. Veremos, también, cómo el trabajo es una función social que nos integra dentro del grupo, e intentaré dar respuesta a unas preguntas relacionadas con la situación actual de precariedad y movilidad en las relaciones laborales.