Un sólo Dios y Padre

27 de junio de 2005

No mismo amar a Dios SOBRE todas las cosas que amar a Dios ENTRE otras cosas. Con frecuencia los compaginamos nuestro culto a Dios con el culto a otros dioses. La tentación de adorar al Becerro de oro (Ex 32) está arraigada y siempre al acecho en nuestro corazón, en stand by.En un mundo que quiere silenciar y relegar al Padre la confesión de fe, profesada es un grito de libertad: ¡YAHVÉ ES EL ÚNICO DIOS, NO HAY OTRO!

1. Yo soy Dios, no existe ningún otro

Dios se ha ido revelando al hombre de manera progresiva. Ya en el Antiguo Testamento se nos habla de que hay un solo Dios: «Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón que Yahvé es el único Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro» (Dt 4,39). Este Dios único invita constantemente a su pueblo a abandonar la idolatría, los «otros dioses» con minúscula: «volveos a mí y seréis salvados confines todos de la tierra, porque yo soy Dios, no existe ningún otro» (Is 45, 22) y el pueblo, a pesar de caer en tentaciones, es capaz de reconocer que «este es nuestro Dios y ningún otro se puede comparar con él» (Bar 3, 16).

Jesús lo confirma hablando de Dios como único Dios y Señor: «esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado Jesucristo» (Jn 17,3). En el desierto el mismo Jesús ha de vencer la tentación de la idolatría: «apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu D os adorarás, y sólo a El darás culto» (Mt 4, 10). Más aún, preguntado Jesús por el mandamiento principal contesta: «no hay mandamiento mayor que éste: «escucha Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas…»» (Mc 12, 29-32).

PREGUNTAS:

- ¿Con qué dioses compagino mi amor a Dios?
- En mi escala de valores, en la vida de mi familia, en mi trabajo, ¿qué lugar ocupa Dios?
- ¿Cómo cultivo mi relación con Dios?

2. No tomarás el nombre de Dios en vano

La vida, en general, y la vida particular, de muchos cristianos, se está desarrollando en medio de un mundo que quiere marginar a Dios. Más aún, que lucha positivamente por silenciarlo: criterios, maneras de actuar, proyectos políticos y económicos, motivaciones, ocultamiento de noticias relacionadas con Dios-iglesia… Todo se enfoca como si Dios no existiese. Lo peor es que, por ósmosis, imperceptiblemente, este ambiente va calando y aunque uno no quiera se nos va pegando.

A pesar de ser cierta nuestra búsqueda de Dios, nuestros labios, nuestra vida… cae en la tentación de tomar el nombre de Dios en vano. Más aún, de silenciar a Dios.

Recordar el segundo mandamiento es ir más allá de la «obligación» de usar convenientemente el nombre de Dios de manera especial honrando, venerando y proclamando el nombre de Jesús, de palabra y de obra. Es una invitación a nombrar explícitamente a Dios en medio de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra actividad profesional. Es invocarlo explícitamente en medio de nuestras prisas y ocupaciones. Es santiguarse, sin miedo, al salir de casa o al despegar el avión.

3. Que Dios te bendiga

Con esta expresión se suele despedir siempre Carmen Sevilla en sus programas. No está en los papeles (además que creo que ella no usa el guión).

Hay muchas expresiones de la vida diaria que «nombran» a Dios. He aquí unas cuantas … :

«Como Dios manda ¡bendito sea Dios!; ¡queden ustedes con Dios!; ¡vaya por Dios!; ¡a Dios! – ¡adiós!; ¡de menos nos hizo Dios!; con la ayuda de Dios; Dios es Dios; Dios me entiende; Dios me perdone; Dios nos asista; llamar a Dios de tú; no se puede servir a Dios y al diablo; ¡por Dios!; esto es un contra Dios; que Dios le pille confesado; no lo arregla ni Dios; si Dios lo ha querido él sabrá.

Ejercicio: añadir otras expresiones de tu entorno que digan de Dios.

4. Toma nota

El deseo de Dios está inscrito en el corazón de¡ hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar (Catecismo de la Iglesia Católica, 27)

5. Los nombres que nos hablan de Dios

El nombre para los antiguos es la persona, no una mera denominación. Nombrar algo o a alguien es tener dominio sobre ello. El nombre dice de la persona. A continuación ofrecemos, en dos columnas, una lista de nombres bíblicos y sus significados. ¿Sabrías colocar a cada oveja con su pareja? ¿Cada nombre con su significado?

- Jesús – Dios es liberación
- Isaac – Yahvé se acuerda
- Betel – Dios salva
- Daniel – Dios juzga
- Elías – Dios con nosotros
- Eliseo – Dios ha ayudado
- Emanuel – Dios se ha mostrado fuerte
- Ezequiel – Dios hace fuerte
- Isaías – Casa de Dios
- Israel – Yavhé es Dios
- Jeremías – Risa de Dios
- Josué – El Señor salva
- Zacarías – Dios levanta

6. Peticiones a Dios Padre del siglo XXI

- Aumenta nuestra fe. Danos una honda experiencia de Ti, de tu ternura, perdón, alegría y amor.
- Concédenos que la Iglesia sea un recinto de verdad y amor, de libertad, de justicia y de paz. para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando. (De la Plegaria Eucarística V/b). Ayúdanos a progresar decididamente en la misión compartida presbíteros, religiosos y laicos.
- Danos un corazón de María, de madre, con entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido (De la Plegaria Eucarística V/b)Enséñanos a reconocerte en tu creación, a cuidar de ella y a ponerla al servicio de todos los hombres hijos tuyos y hermanos nuestros. Danos un corazón alegre, optimista, contento.
- Cuida a nuestras familias y a todas las familias y aumenta en nuestros corazones y en nuestras obras la conciencia de la fraternidad universal porque somos Hijos tuyos.Ayúdanos a trabajar codo con codo con todos aquellos hombres y mujeres de buena voluntad que luchan por los valores de¡ Reino. Y ayúdanos a todos los cristianos a ser uno para que el mundo crea (Jn 17, 2 1)
- Líbranos de todos los males: de¡ aborto; de la droga: el paro; la guerra; las enfermedades de¡ cuerpo, de la mente y del corazón; de creernos mejores y salvos. Y guárdanos, no sea que anunciando a otros el Evangelio quedemos nosotros excluidos del Reino…

7. Un rato de adoración con Abbá

Solo se trata de estar con Abbá. No hay nada que hacer. No hay que preparar nada. No hay que «hablar». No. Se trata sólo de estar a solas (en comunidad) con Abbá.Os invitamos a olvidar todo aquello que nos puede impedir estar a la escucha de Dios. Os invitamos a quitaros los relojes. Es un signo. Queremos perder el tiempo con papá.La humildad nos hace reconocer que «nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar» (Mt 11, 25-27). Orar al Padre es entrar en su misterio, tal y como Él es, y tal y como el Hijo nos lo ha revelado [Catecismo de la Iglesia Católica 2779]Para este rato de adoración te sugerimos este esquema:

- Santíguate y silénciate;
- 1. Lee los textos siguientes:
- 2. Lee la Palabra;
- 3. Adora a Dios

«Con los nuevos catecúmenos, prefiero no hablar mucho de Dios. Y no porque no les interese; al contrario, ellos dicen que tienen a Dios muy presente. Pero se trata en realidad de los dioses de su infancia: el del temor, el de la seguridad, el que les protege, el que les concede sus caprichos, el que consiente su comodidad…

Saben tanto de Dios que lo único que ahora pueden entender bien es mi silencio sobre Dios. Al menos empezarán a caer en la cuenta de que Dios es, antes que nada, Misterio, y que no lo pueden dominar.

Me preguntan sobre Él y yo les respondo: ¿Estáis preparados para recibirlo? Se extravían y yo insisto: Dios es quien toma la iniciativa de salir a nuestro encuentro; pero ¿sabéis ya lo que el quiere de vosotros?

Cuando ha surgido en ellos la inquietud, no por saber cosas sobre Dios, sino por lo que Dios quiere de ellos, entonces doy otro paso. Les digo que es el Dios del Evangelio; es decir, el Dios que trae para ellos una Buena Noticia y va a cambiar su situación. Les digo que es el Dios del Reino: aquel que entra en sus vidas con un mensaje que les va a transformar, que va a poner en orden las cosas de su vida. Y les digo que hay que estar disponibles para acoger esa novedad (aunque todavía no sepan en qué consiste): hay que dar a Dios carta blanca.

Comienza en ellos una situación de espera, de tensión por el Misterio de Dios. Esta situación hay que cultivarla e iluminarla en ambiente de oración: hay que ponerse a la escucha y disponerse para recibir a Dios.

Es todo un cambio de mentalidad, nada fácil de lograr:
- de tener a Dios a mi disposición, a quien puedo manipular a cambio de unos compromisos…
- … hasta llegar a una actitud receptiva y respetuosa ante Dios.

Dios es quien va a obrar, quien va a realizar su Reino. Hemos de escuchar aún sin entender; estar listos para ir donde Él quiere llevarnos. Entonces descubren que la primera iniciativa de Dios es el perdón. Ahora ya sí: ya están preparados para entrar en el Misterio de Dios.

(Del «Diario de Marcos», Equipo pastoral La salle).

8. Tres personas un sólo Dios

«Las relaciones entre el Padre, el Hijo y el Espíritu son a base de reciprocidad. Cada uno es a la vez don y acogida; no acepta dar sin recibir. Ninguna de las personas es autosuficiente, ninguna quiere dominar orgullosamente a las otras ni evadirse a su soledad. Cada una tiene su alegría y su plenitud en las otras dos y en un movimiento incesante, sin perder sus características propias. Pues, según san Basilio, Dios es «comunidad M Espíritu con el Padre y el Hijo», comunión en la diferencia. Lo mismo que 1as tres personas» tienen en común todo lo que constituye la perfección, la generosidad, el amor de su única naturaleza, así también la diferencia radical del Padre, del Hijo y del Espíritu hace posible una verdadera comunión que no es nivelamiento o uniformidad» (J. RIGAL, L’Eglise, obstacle et chemin vers Dieu, Cerf, 1983, p. 186)

La Biblia afirma con frecuencia que el hombre debe aceptar sentirse rebasado por el misterio de Dios, por sus proyectos desconcertantes. Dios dice: «mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni mis caminos son vuestros caminos. Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros» (ls 55, 8-9)

Los Padres de la Iglesia se maravillan también ante la riqueza inexpresable de Dios: «Oh tú, el que está más allá de todo, ¿no está ahí todo lo que se puede cantar de ti? ¿Qué himno podrá expresarte, qué lenguaje? Palabra alguna te expresa. ¿A qué se acogerá la mente? Tú superas toda inteligencia. Solo, tú eres inexpresable, pues todo lo que se dice ha salido de ti. Solo, tú eres incognoscible, pues todo lo que se piensa ha salido de ti» (Himno atribuido a Gregorio Nocianceno )

Me dirijo a tí, Dios

«Ya no me dirijo a los hombres, sino a ti, Dios de todos los mundos y de todos los tiempos.

Tú no nos has dado un corazón para odiarnos y unas manos para degollarnos. Haz que nos ayudemos mutuamente a soportar el fardo de una vida penosa y pasajera; que las pequeñas diferencias entre los vestidos que cubren nuestros débiles cuerpos, entre todas nuestras lenguas insuficientes, entre todos nuestros usos ridículos, entre todas nuestras leyes imperfectas, entre todas nuestras opiniones insensatas, entre todas nuestras condiciones -tan desproporcionadas a nuestros ojos y tan iguales ante ti-, que todos estos pequeños matices que distinguen a los átomos llamados hombres, no sean signos de odio y de persecución; que aquellos que encienden velas en pleno día, para celebrarte, soporten a los que se contentan con la luz de tu sol; que los que cubren su ropa con una tela blanca, para expresar que es preciso amarte, no detesten a los que dicen eso mismo bajo un manto de lana negro; que sea igual adorarte en una jerga formada a partir de una antigua lengua o en una jerga más nueva; que aquellos cuyo traje está tintado de rojo o violeta, que dominan sobre un pequeña parcela de un montón de lodo de este mundo y que poseen algunos fragmentos redondeados de cierto metal, gocen sin orgullo de eso que ellos llaman grandeza y riqueza, y que los demás los contemplen sin envidia: pues tú sabes que no hay en estas vanidades ni nada que envidiar ni nada de que enorgullecerse.

Que todos los hombres puedan acordarse de que son hermanos y empleemos el instante que dura nuestra existencia en bendecir también en mil lenguas diversas, desde Siam hasta California, tu bondad que nos ha concedido este instante.» (VOLTAIRE, Traité sur la Tolérance, 1763)

Palabra de Dios

Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón que Yahvé es el único Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y los mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que Yahveh tu Dios te da para siempre.(Dt 4,39.40)

Solucionario

Jesús = Dios salva Isaac = Risa de Dios Betel = Casa de Dios Daniel = Dios juzga Elías = Yahvé es Dios Eliseo = Dios ha ayudado Enmanuel = Dios con nosotros Ezequiel = Dios hace fuerte Usaías = Dios es liberación Israel = Dios se ha mostrado fuerte Jeremías = Dios levanta Josué = El Señor salva Zacarías = Yahvé se acuerda