Presentamos cinco momentos. Con ellos se puede hacer una de estas dos actividades, o ambas:
Cada día se toma uno de ellos para la oración personal. Se escriben los descubrimientos, lo que afecta personalmente.
Se celebra un vía crucis de cinco estaciones. En cada estación se deja un tiempo para que cada uno medite la parte correspondiente; o bien, si se ha realizado la actividad anterior, para que repase lo escrito es su oración personal.
A continuación se presenta cómo realizar el vía crucis. En cada una de las estaciones se mencionan los recursos necesarios que hay que tener preparados; así como los que se usan a lo largo de todo el vía crucis.
RECURSOS Y DINÁMICA
- Copia de las cinco meditaciones para cada participante. Las notas tomadas por cada uno en su oración personal, si se ha hecho previamente esa actividad.
- Copia con las letras de los cantos, el salmo 22 y el credo apostólico.
- Una cruz y dos cirios que presiden el vía crucis.
- Cinco lugares para cada una de las estaciones.
- Una biblia.
- Los animadores -al menos cuatro-.
1ª Estación
- Monición larga.
- Se lleva una cruz con dos cirios.
- Canto: «Dame tu corazón» de Renacer (Orar en la noche).
- Lectura de Marcos 14,32-52
- Tiempo personal: lectura de la meditación correspondiente, o de las anotaciones hechas en la oración personal.
- Se presentan los distintos caminos escritos en cartulinas: oración, avaricia, comodidad, huida. El primero se pone junto a la cruz.
- Los participantes se sitúan en el camino que siguen según lo meditado.
2ª Estación
- Monición breve.
- Lectura de Marcos 14, 53-72
- Tiempo personal.
- Se puede poner delante de la cruz algo que imite unas plumas de gallo.
- Se invita a que digan una cosa de su vida en la que les canta el gallo todas las mañanas
- Una vez dicha, coge una pluma.
3ª estación
- Monición breve.
- Lectura de Juan 18,28-19,26
- Se presentan varios animadores vestidos de reyes: la sociedad, el escepticismo, la burla. También se corona la cruz.
- Tiempo personal
- Cada uno se acerca a un rey y le saluda con una frase inventada por e’l que empiece diciendo: «Salve, Rey de…»
4ª estación
- Monición
- Lectura de Juan 19,25-27
- Salmo 22
- Canto: «Por mí» de Gen Rosso.
- Tiempo personal más largo.
- Se trae una imagen de María: mientras suena «Desolada», de Gen Verde.
- Rezo del Ave maría
5ª Estación
- Monición
- Lectura de Marcos 15,37-39
- Tiempo personal
- Monición al credo.
- Rezo del credo
I. LOS AMIGOS ÍNTIMOS DUERMEN…
El lugar es el monte de los Olivos, propiedad llamada Getsemani. Se necesitan cartulinas con títulos de caminos.
Actitudes y comportamientos de Jesús y sus seguidores (las distintas escenas ocurren a la vez) (Mc 14,32-52):
Jesús: siente pavor y angustia. Esta muy triste. Lucha en su interior por mantenerse fiel al Padre. Ora (33b-36). Es detenido
Sus amigos íntimos: Pedro y los hermanos Santiago y Juan le acompañan (32-33a). Duermen (37-40). Pedro escoge el camino de la violencia (14,17). Huyen y le abandonan (50).
Su seguidor Judas: en otro lugar, vende a Jesús (14,10-11) Besa a Jesús y le llama «Maestro» (Rabí) 43-45)
El evangelista Marcos: se escapa («un joven») (51-52)
MEDITACIÓN:
Descubre al auténtico Jesucristo: es ese que está luchando por mantenerse fiel al Padre ¡lo que le cuesta! No quiere hacerlo, pero quiere hacer la voluntad de Dios ¿Qué decidir? ¿Cómo actuar? Ora para que Dios le salve de este camino, pero a la vez ora para que no se haga lo que él quiere si no es lo que Dios quiere. Para Dios todo es posible, es todopoderoso ¿no puede salvarle?: así se lo dice Jesús. Esta angustiado, lleno de miedo y deprimido. Contempla Jesús. ¿Es éste en quien tú has puesto tu fe?
Jesús vive sus peores momentos rodeado de sus seguidores -y a su vez amigos-, pero completamente solo. Al final le abandonan todos. Ninguno sigue el camino que le ha enseñado: uno se decide por el camino de la avaricia, otro por el camino de la violencia, tampoco hacen oración como les tiene mandado sino que se deciden por la comodidad… Tú que también eres seguidor de Jesús, su amigo ¿qué caminos escoges en tu vida real, en la de cada día?
II. PEDRO NO CONOCE A JESÚS
El lugar es la casa del Sumo Sacerdote. Se necesitan algo que simbolice plumas de gallo.
Comportamiento y actitud de Jesús y del jefe de sus seguidores (las dos escenas ocurren a la vez) (Mc 14, 53-72):
Jesús ante el Sumo Sacerdote… (53):
– ¿Eres el Cristo (el Enviado de Dios?
– Sí, e Hijo de Dios (responde con una cita de Daniel 7,13)
– Habéis oído la blasfemia
– Jesús condenado a muerte por blasfemar contra Dios (61-64)
Pedro en el patio de abajo (54. 66):
Había prometido a Jesús:
– Aunque tenga que morir contigo yo no te negaré (31). ¡Yo no conozco a ese hombre de que habláis! LLora.
MEDITACIÓN:
Descubre a Dios acusado de blasfemar contra sí mis-mo por aquellos que se relacionan con Dios. ¿Qué Dios? ¿El que es acusado de blasfemar? ¿El que es ofendido con la blasfemia? ¿El que se relaciona con sus creyentes? ¿El que Pedro no conoce? Contempla a Jesucristo ¿Es este el Dios en quien has puesto tu confianza? ¿Es contra el que blasfeman? ¿Es con el que te relacionas? ¿Es el mismo Pedro? ¿En quién crees?
Pedro ha dicho palabras muy valientes y muy bonitas a Jesús. Tú que eres su seguidor y le has hablado muchas veces, seguramente le has dicho palabras llenas de amor, de entusiasmo… ¿Y en tu vida real qué estás haciendo? ¿Le conoces en tu vida de cada día o te canta el gallo todas las mañanas?
III. ESTE ES TU SEÑOR, TU REY
El lugar es el Pretorio de Pilato. Se necesita algún animador vestido de rey y una corona para la cruz.
Comportamientos y actitudes de Jesús y su Pueblo (Jn 18,28 -19,16)
El pueblo de Dios, fuera:
El pueblo que tiene a Yavé por rey no entra en el Pretorio (edificio pagano) para no contaminarse (18,28).
El Pueblo cambia a Yavé por el Cesar como Rey:
– Aquí tenéis a vuestro Rey
– ¡Crucifícale! -¿A vuestro Rey?
– No tenemos otro Rey que el César (19,14-15). Pilato entrega a Jesús para ser crucificado.
Dentro, Jesús ante Pilato:
– ¿Eres tú el Rey? Tu pueblo te ha entregado a mí
– Mi reino no es de aquí.
– ¿Eres el Rey?
– Sí. He venido para dar testimonio de la verdad; el que es de la verdad escucha mi voz.
-¿Y qué es la verdad?
Sus soldados, dentro: Jesús es coronado Rey:
– corona de espinas trenzadas.
– manto púrpura
– saludo al Rey: «Salve, Rey de los Judíos» a la vez que le abofetean (19,2-3).
MEDITACIÓN:
Descubre a Jesucristo. Contempla detenidamente a este Rey con su corona de espinas entrelazadas y su manto púrpura. ¿Es éste a quien tú llamas tu Señor?
Tú que eres seguidor de Jesucristo, en tu vida de cada día, ante tu Rey y Señor, ¿qué actitud tomas? ¿La de su pueblo escogido, el que llama Rey a Dios, el que ni quiere pecar entrando en la casa de un no creyente, el que en la vida real escoge el camino eficaz de obedecer a quien manda en la sociedad -al César- como su auténtico rey, el que grita en contra del rey que le presentan? ¿La de Pilato, el que escoge el camino del escepticismo y ante la Verdad («Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida») se pregunta filosóficamente qué es la verdad? ¿La de los soldados, que ante tal Rey, escogen el camino de la burla? ¿Quién es tu Rey, quién manda en tu vida de cada día?
IV. ESTE ES TU SALVADOR
El lugar es el Calvario o Gólgota. Se necesita copias con el salmo 22, una imagen de la Virgen y un cassete y cinta con el canto.
Comportamiento y actitudes con la cruz:
Frente a la Cruz: palabras (Mateo 27,39-41) El Pueblo de Dios, los que pasan por allí:
– ¡Sálvate a ti mismo si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz! Las autoridades del Pueblo de Dios
– A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse.
– Si es Rey, que baje ahora de la cruz y creeremos en Él.
– Ha puesto su confianza en Dios, que le salve ahora si de verdad le quiere y es Hijo de Dios (Lucas 23,35-39)
Los soldados del Imperio:
– Si eres Rey, ¡sálvate!
Uno de los malhechores crucificado junto a Él:
– ¿No eres el Cristo (el Enviado de Dios)? ¡Pues sálvate a ti y a
nosotros!
En la Cruz: (Juan 19,26-27) Jesús a su Madre:
– Mujer, ahí tienes a tu hijo (ahí tienes a otro Jesús, a otro Cristo: a mí mismo en aquel que es discípulo mío, discípulo amado, que se mantiene fiel, que está «ahí junto» a la cruz). Jesús a su Padre:
– Eloí, Eloí ¿lema sabactaní?
(¿Dios mió, Dios mio,b por qué me has abandonado).
Junto a la cruz: más allá de las palabras: (Juan 19,25)
– Su madre, María.
– La hermana de su madre.
– María, mujer de Cleofás.
– María Magdalena.
– Juan (el discípulo a quien amaba). Jesús ora en arameo el Salmo 22.
MEDITACIÓN:
Descubre a Jesucristo salvándote. Es ese que no baja de la cruz ¿no puede salvarse a sí mismo? ¿y si puede, por qué no se salva? ¿y su Dios, por qué no le salva? ¿es que no le quiere? Contempla a Jesucristo: ¿es éste tu salvador? ¿el mismo que grita a Dios por qué le ha abandonado? ¿en éste Salvador has depositado tu confianza? ¿de éste esperas ser salvado?
Tú que eres seguidor amado de Jesús, en tu vida real ¿has escogido estar junto a su cruz, como el discípulo amado? ¿tomas tu cruz cada día y le sigues? ¿te has hecho otro Jesús, otro Cristo, otro hijo de María? Descubre la fe de Jesucristo orando el Salmo 22. Contempla a Jesús junto a María. Reza el Ave María.
V. ÉSTE ES TU DIOS
Jesús muere.
Antes de su pasión no había permitido que desvelasen que era el Hijo de Dios:
– manda callar a los demonios que saben quien es: Marcos 1,24-25 y 34.
– manda no decirlo a quienes cura: al leproso (1,43-44); a la familia de Jairo (5,43); al sordo (7,36); al ciego (8,26).
– a los seguidores:
a los Doce: (8,29-31)
– Vosotros ¿quién decís que soy yo?
– Tú eres el Cristo (contesta Pedro)
– A nadie habléis acerca de mí (mandó enérgicamente). Debo sufrir, ser matado y resucitar (le enseñó).
a los tres íntimos:
(Pedro y los hermanos Santiago y Juan) (9,2-10):
– Este es mi hijo amado
– No se lo cuenten a nadie hasta que resucite de entre los
muertos (les ordenó).
El evangelista Marcos resalta que para Jesús entonces no era el momento de la fe.
Ahora llega el momento de la auténtica fe: «El centurión (capitán romano pagano) que estaba frente a la cruz, al ver de qué manera había muerto (al contemplar el misterio de la muerte de Jesús), reconoció: verdaderamente, este hombre (el que ha muerto así, no otro) era Hijo de Dios» (39).
MEDITACIÓN:
Descubre a Jesucristo: es éste que ha muerto así, no otro. ¿Crees en este Jesucristo? ¿Descubres en este hombre al Hijo de Dios? Contempla este misterio. Es el momento de la fe ¿escoges una actitud de confianza aún cuando no comprendas? Recita el Credo con esta actitud, con fe, creyendo confiadamente incluso aquello que no comprendes.
Por EQUIPO DE PASTORAL JUVENIL