Video – Comentario al Evangelio del Domingo, 2 de Marzo de 2025

1 de marzo de 2025

Bienvenidos al Rincón de Juan, comentario al evangelio del domingo 2 de marzo.

¿Puede un ciego guiar a otro ciego?

Todos nos damos cuenta de los defectos de los demás, sobre todo aquellos que nos incomodan, que nos sacan de quicio. Y normalmente, una forma de desahogarnos ante estos defectos suele ser la crítica, la crítica destructiva, a sus espaldas, claro.

Esto, en nuestras relaciones, nos desahoga a nosotros mismos al criticar estos defectos, pero genera toxicidad. A veces olvidamos que los demás también ven nuestros defectos y que también les afectan. Y si reaccionaran de la misma manera, nunca saldríamos de ese bucle o de esa espiral de crítica que no conduce a ninguna parte.

Estamos en la antesala de la Cuaresma, y la Palabra de Dios de este domingo nos propone mirarnos a nosotros mismos para corregir nuestros errores. Esta mirada introspectiva nos da, en primer lugar, humildad para reconocer nuestras limitaciones y ser conscientes de ellas. También nos da sabiduría, sabiduría para intentar corregirlas y mejorarlas.

La pregunta es: ¿cómo podemos mirarnos a nosotros mismos?

El Evangelio nos da una serie de pautas: nos propone mirarnos con sinceridad, con una mirada clara. También nos invita a tener una mirada profunda, a ir más allá, a no quedarnos en la superficie o en las apariencias, sino a ver nuestra realidad de manera más profunda, con la ayuda de la oración y del Espíritu.

Porque en muchas ocasiones, la estrechez de miras no nos deja ver con claridad. Y una de las estrecheces más comunes que todos tenemos son los prejuicios y las experiencias negativas, es decir, las heridas, que son aquellas vigas que no nos dejan tener una mirada limpia, sino más bien viciada. Nos distorsionan el ángulo de visión, como unas cataratas que emborronan lo que vemos.

Por eso, en este domingo le pedimos al oculista de Nazaret que nos dé una mirada limpia, para ver más allá, sin miopías, sin quedarnos en las apariencias, con una mirada más profunda.

El ideal sería ver como Dios nos ve. Dios nos ve con realismo, pero también con una mirada esperanzadora: nos acepta como somos, pero nos sueña distintos de lo que somos. Esa es la mirada del Amor.

Todos tenemos la experiencia de que las relaciones humanas a veces son muy complejas, pero también tenemos a personas que caminan a nuestro lado y que nos pueden ayudar a ver esa viga que tenemos en el ojo. Gente que nos quiere y que, desde una crítica constructiva, nos ayuda a detectar esas limitaciones que a veces son auténticos obstáculos.

También nosotros, evidentemente, podemos ayudar a otros, podemos ser guías, pero siempre desde el cariño y la comprensión, que no se riñen con la verdad.

La primera lectura de este domingo es muy cortita, del libro del Eclesiástico. Tiene tres frases preciosas:

  • «El horno prueba los vasos del alfarero.»
  • «El fruto revela el cultivo de un árbol.»
  • «La palabra de un hombre descubre su corazón.»

La última frase del Evangelio de hoy nos dice: «De lo que rebosa el corazón, habla la boca.»

Pues que de nuestro corazón salga bondad, toda la posible, en esta antesala de la Cuaresma.

Feliz domingo.

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