«¿Qué hará con aquellos labradores?»
Es una buena pregunta. Criticamos y nos espantamos de lo malos que eran los labradores. Asesinos. Pero tontos no eran. Entendieron que las palabras de Jesús iban dirigidas a ellos. Y, además, eran prudentes. No atacaron a Jesús, por miedo a la gente. Esperaron su ocasión. Malos, pero listos. Nosotros somos buenos, espero, pero muchas veces, tontos. No entendemos que la Palabra de Dios nos habla a cada uno. Y nos pide cosas que, a veces, no nos gustan. Como no les gustaba pagar el arrendamiento a los labradores. Dios Padre ha hecho todo por nosotros. Desde el principio de los tiempos. Al final, nos ha enviado a su Hijo. Más no puede hacer. Que lo entendamos. Que le aceptemos. Que cambiemos.
Oración.
Padre Bueno,
que quieres salvarnos
desde el principio de la historia,
ayúdanos a andar bien
por el camino de Cuaresma,
para que, convertidos a Ti,
lleguemos contigo
a nuestro Jerusalén.
Amén.