Este cuaderno ofrece ayudas para unos ejercicios espirituales muy sencillos en el curso de la vida corriente. En CiudadRedonda hemos pensado proponerlos para la Cuaresma, habrá no obstante quien prefiera aprovechar este material para su retiro mensual, a lo largo del año.
Autor
Ángel Sanz Arribas, cmf., Gonzalo Fernandez Sanz cmf
De víspera
Ya estás en retiro. El Señor te llama porque quiere y porque te quiere, porque lo necesitas, porque desea comunicarse familiarmente contigo a lo largo de estas jornadas. No se trata ahora de hacer, de aprender, de programar…
1. Vamos a un lugar solidario
En tu vida ordinaria hay demasiado ruido. Todo eso que alborota fuera de ti: gritos, músicas, imágenes, palabras… Y lo que hierve dentro: los agobios y preocupaciones de cada día (¡cuántas interferencias se cruzan en ese "aparato de radio" que es tu mundo interior!).
2. Te hablaré claramente del Padre
¿Conoces al Padre? ¿Tratas mucho con el Abbá del cielo? Para Mí, él lo es todo. Al venir a este mundo dije: “Aquí estoy, oh Dios, para cumplir tu voluntad”’: Al salir de él grité: "Todo se ha cumplido", y en seguida entregué mi espíritu (y mi Espíritu), en sus manos.
4. Mi cruz y la tuya
Hoy quiero hablarte de la cruz, un misterio que no acabarás de entender nunca del todo. Tiene mil formas: dolor físico, sufrimiento moral, crisis en los caminos del espíritu… Todas estas pruebas alcanzan su culminación en la agonía y en la muerte.
5. Os dejo mi Espíritu
¿Eres feliz? Ya sé que aspiras a serlo, que quieres vivir en plenitud. Es nuestro Padre quien ha puesto en tu corazón ese deseo. Eres un anhelo que no se va a colmar con todas las riquezas del mundo. Tu sed más honda, más viva, más ardiente es sed de Dios, y sólo se saciará con él. ¿Sabes que te he enviado a mi Espíritu, el mismo Espíritu del Padre, para que colme ese deseo?
Presentación
Este cuaderno ofrece ayudas para unos ejercicios espirituales muy sencillos en el curso de la vida corriente. En CiudadRedonda hemos pensado proponerlos para la Cuaresma, habrá no obstante quien prefiera aprovechar este material para su retiro mensual, a lo largo del año.
De víspera
Ya estás en retiro. El Señor te llama porque quiere y porque te quiere, porque lo necesitas, porque desea comunicarse familiarmente contigo a lo largo de estas jornadas. No se trata ahora de hacer, de aprender, de programar…
1. Vamos a un lugar solidario
En tu vida ordinaria hay demasiado ruido. Todo eso que alborota fuera de ti: gritos, músicas, imágenes, palabras… Y lo que hierve dentro: los agobios y preocupaciones de cada día (¡cuántas interferencias se cruzan en ese "aparato de radio" que es tu mundo interior!).
2. Te hablaré claramente del Padre
¿Conoces al Padre? ¿Tratas mucho con el Abbá del cielo? Para Mí, él lo es todo. Al venir a este mundo dije: “Aquí estoy, oh Dios, para cumplir tu voluntad”’: Al salir de él grité: "Todo se ha cumplido", y en seguida entregué mi espíritu (y mi Espíritu), en sus manos.
4. Mi cruz y la tuya
Hoy quiero hablarte de la cruz, un misterio que no acabarás de entender nunca del todo. Tiene mil formas: dolor físico, sufrimiento moral, crisis en los caminos del espíritu… Todas estas pruebas alcanzan su culminación en la agonía y en la muerte.