‘Quien se encuentra con Jesús cara a cara no tiene otra salida que ponerse a su servicio’.

‘Quien se encuentra con Jesús cara a cara no tiene otra salida que ponerse a su servicio’.
Hazme ser en el corazón de la noche y en la noche del corazón de tantos hermanos, signo luminoso de esperanza.
Te describieron como «una casa enorme y muy cómoda, con grandes ventanas que dejaban entrar la luz del día».
Déjanos escucharte, Señor, escucharte y alimentarnos de ti hasta identificarnos silenciosamente contigo.
Querido Mahatma, eras hindú a tu manera. Y también cristiano a tu manera.
Para que sepamos verte como Abbá, despojados de nosotros mismos
y abiertos a tu misericordia.
Tu Palabra, Señor, es luz, no te alejes de nosotros, que estamos a oscuras.
Lo que importa es tu condición de buscadora de Dios a lo largo de toda tu existencia.
Hemos venido para oír tu voz que resuena como un grito silencioso en el corazón de todos los seres.
Te veo como un peregrino avanzando paso a paso hacia el encuentro del Dios vivo.
Dame, Señor, una mirada limpia, capaz de alcanzar tu luz a través de la noche.