‘Satanizado’ y ‘canonizado’; todo un signo de contradicción. Pero tú eras consciente de que importa poco el juicio que viene de fuera.

‘Satanizado’ y ‘canonizado’; todo un signo de contradicción. Pero tú eras consciente de que importa poco el juicio que viene de fuera.
Eras un misionero de los que anuncian continuamente la buena noticia a los pobres con la sonrisa.
Tu vida fue una locura, una versión inacabada pero auténtica del evangelio o, si me permites, una llamada personalísima de Dios.
Aborrezco y detesto la mentira, el retruécano, la doble lengua, la picardía, la astucia, la melosidad, la hipocresía y pido a Dios no me deje caer en sus lazos y trampas.
Graba a fuego en nuestro corazón tu verdadera imagen porque somos hijos tuyos.
Hay que conocer a los hombres y las cosas humanas para amarlos. Hay que amar a Dios y las cosas divinas para conocerlos.
Hazme ser en el corazón de la noche y en la noche del corazón de tantos hermanos, signo luminoso de esperanza.
Te describieron como «una casa enorme y muy cómoda, con grandes ventanas que dejaban entrar la luz del día».
Déjanos escucharte, Señor, escucharte y alimentarnos de ti hasta identificarnos silenciosamente contigo.
Querido Mahatma, eras hindú a tu manera. Y también cristiano a tu manera.
Para que sepamos verte como Abbá, despojados de nosotros mismos
y abiertos a tu misericordia.