La relación de pareja es una forma de realización personal. Pero tiene su lógica propia.

La relación de pareja es una forma de realización personal. Pero tiene su lógica propia.
Invitados a seguir haciendo el tránsito de la decepción a la esperanza, del abandono a la entrega a la misión, de la superficialidad a la profundidad.
Hay cuatro palabras que expresan cómo se funda la alianza de amor conyugal.
El sentimiento más noble de la vida humana se está trasformando también en nuestra sociedad. Da la impresión de que ha dejado de ser duradero.
Los ojos enamorados no se limitan a la visión de la persona amada; se extienden y trasfiguran la realidad entera.
Ahora ya no solo se celebra la despedida de soltero; ahora celebramos ya las despedidas de casados.
Yo quiero resucitar ¿Tú quieres resucitar? ¿Quieres vivir para siempre? ¿Sientes pasión por la vida? ¿Puedes afirmar que eres una persona “biófíla”? ¿Sientes rebeldía frente a la muerte individual e indignación ética frente a la cultura de la muerte?
Son los novios los que se casan, la boda es el comienzo de la vida matrimonial sacramental.
Es éste un adjetivo muy actual para el sustantivo fidelidad. Pertenece a la naturaleza de la fidelidad en estos tiempos en los cuales se jalea día y noche la infidelidad: matrimonial, política, religiosa. Como valor permanente se refiere ante todo a la coherencia consigo mismo. Implica autenticidad y verdad en las relaciones interpersonales y conyugales.
El anillo es un signo nupcial. Lo llevan los esposos. El obispo lo recibe en su consagración episcopal.
Quiero seguir siendo sacerdote porque, después de casi 40 años, la rutina y la costumbre me han impedido disfrutar de la “dignidad” de serlo, y no quiero acostumbrarme al misterio que represento.