No sé quién es este señor de la escalera. Pero al ver un cielo vacío, ha cogido su escalera. No está gris el cielo. Pero está muy solitario, muy sin vida.

No sé quién es este señor de la escalera. Pero al ver un cielo vacío, ha cogido su escalera. No está gris el cielo. Pero está muy solitario, muy sin vida.
Oración para los primeros días de clase del nuevo curso. Contar también con Dios al empezar.
Hace tiempo en las Olimpiadas de Seattle, nueve atletas, se encontraban en la línea de salida para una carrera de 100 metros.
Aunque me cueste reconocerlo y decirlo: Te necesito, Señor
Satanás tiene algo que decirte sobre tu vida. Está encantado contigo. (Para una revisión personal)
Y Dios nos dio un ombligo a cada uno. Pero… a veces se nos vuelve demasiado importante, y Dios se sorprende y nos avisa… de la importancia que tiene.
No sé quién es este señor de la escalera. Pero al ver un cielo vacío, ha cogido su escalera. No está gris el cielo. Pero está muy solitario, muy sin vida.
Oración para los primeros días de clase del nuevo curso. Contar también con Dios al empezar.
Hace tiempo en las Olimpiadas de Seattle, nueve atletas, se encontraban en la línea de salida para una carrera de 100 metros.
Aunque me cueste reconocerlo y decirlo: Te necesito, Señor
Satanás tiene algo que decirte sobre tu vida. Está encantado contigo. (Para una revisión personal)