Pareciera que los ríos no envejecen, que son y tienen vida.

Pareciera que los ríos no envejecen, que son y tienen vida.
Otras anécdotas más folklóricas que importantes, pero que nos permitan reír y disfrutar un poco.
Sembrando tantas veces en otros corazones o padeciendo la soledad a causa de la indiferencia que el mundo presta a nuestra obra. Pero en pie, lo repito, confiando no en los resultados sino en la voluntad del Padre.
Luchamos para ser fieles y poner un poco de luz en esta noche y un poco de Evangelio en esta apatía casi colectiva de no querer necesitarlo o recibirlo.
Así llego de nuevo a Juanjuí, con una maleta ingenua en mis manos que nada o casi nada interesa a la mayoría, y con una cruz desnuda y de madera en mi bolsillo.
Quizás cuando uno goza más de todo es cuando acepta lo cotidiano y construye con ello su propia dicha y la de los demás.
Siempre hay un niño que te saluda al cruzarte con él por un camino. Hay un plato de comida compartido bajo un techo humilde. ¡Cuántas cosas hay más fuertes que la desesperanza!
Pareciera que los ríos no envejecen, que son y tienen vida.
Otras anécdotas más folklóricas que importantes, pero que nos permitan reír y disfrutar un poco.
Sembrando tantas veces en otros corazones o padeciendo la soledad a causa de la indiferencia que el mundo presta a nuestra obra. Pero en pie, lo repito, confiando no en los resultados sino en la voluntad del Padre.
Luchamos para ser fieles y poner un poco de luz en esta noche y un poco de Evangelio en esta apatía casi colectiva de no querer necesitarlo o recibirlo.