Cuando amanece, los tambos de la pena se colorean de azul y humean por el fuego de leña ya encendido en su interior.
Autor
F.P
Inundaciones
Estar, siempre y sólo estar: lo nuestro. Oidores de penas y lamentos, aunque también participantes en tantas pequeñas resurrecciones diarias de los pobres. Pero siempre y sólo eso: estar.
El calor de ahora
Mis vivencias se hacen cada vez más interiores, diría que hasta hurañas, como animales nocturnos a quienes cegara la luz.
Por el río hacia los pueblos
¡Tantas idas y venidas con Dios en la mochila! Porque Dios, solamente Él, es quien les visita eficazmente en esa agua de bautismos aparentemente sin sentido, pero asidero único para encontrar ellos salvación.
Epidemia de meningitis
Como un fantasma y después de tanto sobresalto político, se nos ha colado en nuestro adelgazado y debilitado pueblo una epidemia de meningitis purulenta
Maestra en esas lejanías
Ella lloraba cuando, en canoa, los nativos la llevaban a su escuela. La lejanía es algo que nos duele; no estamos hechos para ella.
La Iglesia
Esa tarea nos fatiga, pero como eso es lo que la Iglesia y los hombres de América necesitan, nos entregamos gustosos a ese desgaste silencioso de haber quemado la vida sin apenas haber hecho ruido.
Amanece
Cuando amanece, los tambos de la pena se colorean de azul y humean por el fuego de leña ya encendido en su interior.
Inundaciones
Estar, siempre y sólo estar: lo nuestro. Oidores de penas y lamentos, aunque también participantes en tantas pequeñas resurrecciones diarias de los pobres. Pero siempre y sólo eso: estar.
El calor de ahora
Mis vivencias se hacen cada vez más interiores, diría que hasta hurañas, como animales nocturnos a quienes cegara la luz.
Por el río hacia los pueblos
¡Tantas idas y venidas con Dios en la mochila! Porque Dios, solamente Él, es quien les visita eficazmente en esa agua de bautismos aparentemente sin sentido, pero asidero único para encontrar ellos salvación.