Ábrenos de par en par la puerta de tu costado, para que el río de la Vida nos arrastre y nos devuelva al regazo de Dios, y en Él encontremos el descanso.

Ábrenos de par en par la puerta de tu costado, para que el río de la Vida nos arrastre y nos devuelva al regazo de Dios, y en Él encontremos el descanso.
Ahora, en casa y solo, con una luz encendida que tendré que apurar con avaricia pues a las once la cortarán, os escribo con todo el peso interior que podéis imaginaros
Ábrenos de par en par la puerta de tu costado, para que el río de la Vida nos arrastre y nos devuelva al regazo de Dios, y en Él encontremos el descanso.
Ahora, en casa y solo, con una luz encendida que tendré que apurar con avaricia pues a las once la cortarán, os escribo con todo el peso interior que podéis imaginaros