El mejor servicio que los curas pueden hacer a la fe propia y ajena es vivir con entusiasmo su vocación por el Reino. En la medida en que la viven, también las comunidades somos más fraternales, más evangelizadoras y más creativas.
Autor
Francisca Rosique
Alentadores de la fe de sus hermanos
El mejor servicio que los curas pueden hacer a la fe propia y ajena es vivir con entusiasmo su vocación por el Reino. En la medida en que la viven, también las comunidades somos más fraternales, más evangelizadoras y más creativas.
Jueves de la XV Semana del Tiempo Ordinario
Mt 11,28-30. Soy manso y humilde de corazón.
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